Afuera quedaba el letrero, recuerdo de la antigua actividad del local: indicaba que allí había (había habido) un establecimiento de pintura industrial. Pero la actividad que guardaba en los últimos tiempos ese local de Torre-sana era otra: su interior se había convertido en una gran plantación de marihuana. Así lo confirmó la Policía Municipal el jueves, cuando agentes del cuerpo local descubrieron allí 920 matas de cannabis y detuvieron al presunto responsable del cultivo.
Vecinos de la zona, como los de otras en los últimos años, habían hecho oír sus quejas sobre la actividad de un local radicado en la calle de Santander. Se veían obligados a aguantar un ruido continuado y un olor tan penetrante como identificable: a plantel vegetal. La información llegó a la Policía Municipal. La unidad de delincuencia e información dispuso un operativo.
Agentes de paisano vigilaron el inmueble, que en apariencia estaba en desuso. Su fachada aún lucía un letrero sobre la actividad económica que se había desarrollado dentro: la pintura industrial. Cada vez parecía más claro que allí se llevaba a cabo otro cometido. Olía a maría, y mucho.
La policía reunió indicios en unas investigaciones que incluyeron la pertinente consulta a una compañía de suministro eléctrico. ¿El consumo de luz en aquella finca era superior al contratado? La respuesta fue afirmativa y los investigadores recibieron el informe al respecto de la empresa eléctrica.
Inspección autorizada
Se sucedieron los días de ronda y observación. Y el jueves fue el del golpe policial. Los agentes vieron a un hombre salir del local vigilado. Eran las diez de la mañana. Los policías se identificaron e hicieron lo propio con el individuo. Le informaron de su intención de efectuar una inspección de aquel sitio. Él lo consintió. Los agentes entraron.
Atravesaron una puerta de acceso a un sótano con tres estancias. En dos de ellas estaba el cultivo, con aparatos de ventilación, humidificación, iluminación y riego automático. Y con 920 plantas de cannabis, según la policía. Había 38 transformadores eléctricos y 42 lámparas. El tercer espacio estaba destinado a secadero. La Jefatura avisó a la compañía de suministro para que cortase la luz y así evitar un incendio por sobrecarga. El identificado fue detenido. Se le acusa de un delito contra la salud pública (presunto tráfico de drogas) y de defraudación de fluido eléctrico.
