El proceso de construcción de un nuevo gobierno local, tras la ruptura del pacto entre PSC y PDeCAT y la dimisión de seis ediles socialistas, entre ellos el alcalde, Jordi Ballart, brinda cada día inesperados capítulos que no siempre facilitan la comprensión de cuál acabará siendo el desenlace. Los cambios de guión, unidos a los giros vinculados al ‘procés’, está siendo una constante estas últimas semanas.
Ayer, el PDeCAT arrojó algo más de luz sobre las "concesiones" que está dispuesto a realizar para facilitar un gobierno que haga "frente común" contra la aplicación del artículo 155 y a favor de la libertad de los "presos políticos". Su líder, Miquel Sàmper, dejó la puerta abierta a facilitar la investidura de Xavier Matilla como alcalde y quedarse en la oposición, la opción preferida por los comunes (en alianza con ERC y quizás la CUP) para impulsar el gobierno de cambio en la ciudad. "No nos hace ninguna gracia gobernar con TeC. No sé si acabaremos entrando o no en un hipotético gobierno del bloque soberanista, pero que nadie nos trate como un partido de segunda, como apestados", señaló Sàmper, para continuar: "Que nadie nos dé lecciones de moralidad ni de política. Se nos debe de tener un respeto". Ahora bien: "Dicho esto, estamos abiertos a cualquier opción", entre ellas facilitar la investidura de Matilla. "Sí, es posible", reiteró Sàmper, aunque no excluyó que "es difícil". De hecho, fue más allá y dijo que también cabía la "posibilidad" de un gobierno en solitario y en minoría de TeC (que tiene seis concejales). "Es posible investir a Matilla y quedarnos todos en la oposición", apuntó.
Frente común por Catalunya
El portavoz del PDeCAT se mostró muy molesto con la actitud de Xavier Matilla, de TeC, que acusa a los demócratas catalanes de "no representar el cambio" y de ser "responsables", junto al PSC, de la "parálisis política" en que está inmersa la ciudad desde mayo de 2015. "Tenemos las mismas ganas de gobernar con ellos (en referencia a TeC) que ellos con nosotros e igual de complicado es convencer a nuestras bases de un gobierno junto a ellos. No nos hace mucha gracia", dejó claro Sàmper, pero cree que el momento "es excepcional" en el país y en Terrassa, "con un conseller del PDeCAT local exiliado y otro privado de libertad", como para que todas las fuerzas políticas hagan "concesiones".
La propia Ada Colau, líder de Barcelona en Comú, recordó Sàmper, dijo tras el encarcelamiento de los exconsellers que era "momento de hacer frente común sin apriorismos políticos ni ideológicos". A eso apeló Sàmper: "Pido corrección política. La excepcionalidad del momento nos debe permitir hacer una política empática y suave durante 18 meses para rematar el mandato", subrayó.
A pesar de las renuncias a las que está dispuesto el PDeCAT, sus tres concejales, presentes ayer en la rueda de prensa, quisieron dejar claro que su opción preferida para el futuro gobierno de la ciudad es la del "bloque soberanista", formado por ellos, TeC, ERC y la CUP. Este sería el ejecutivo "que más representa el cambio y, sobre todo, la condena al artículo 155 y a la privación de libertad" de los miembros del Govern. "Ésta sería la candidatura de los demócratas, de la libertad", resumió Sàmper, para a continuación hacer un llamamiento a una reunión "conjunta", que no se ha producido hasta el momento, de estos cuatro actores.
La propuesta de gobierno de concentración lanzada por TeC el martes ha sido rechazada por todos los partidos. A pesar de eso, los comunes no renuncian a defender los dos objetivos (renovar los liderazgos y poner las políticas de la ciudad por delante) y las tres condiciones (ordenar el funcionamiento del Ayuntamiento, garantizar el desarrollo de los grandes temas pendientes en Terrassa y posicionarse a favor de la amnistía de los "presos políticos, de la anulación de la aplicación del 155 y de un referéndum acordado) que vertebraban el contenido de su propuesta. Matilla lamentaba ayer que la respuesta del resto de formaciones haya ido en "una lógica de vetos y bloques" que ellos pretendían evitar, en lugar de "valorar el contenido político" de la misma. El portavoz de TeC sostiene que, aún así, hablará "con todos los grupos" para conocer su respuesta a estos requisitos, que estarán en la base de cualquier negociación para formar gobierno, avanza.
Sin embargo, no esconde que con algunos partidos hay más dificultades que con otros para llegar a acuerdos. Hacia el PDeCAT, que es clave para facilitar o no la alternativa al PSC, hay serias reticencias. "El PDeCAT no es un partido de cambio, como insiste en calificarlo ERC. Es precisamente el que impidió el cambio en 2015", subraya Matilla, que es contundente al respecto: "Lo mejor que puede hacer el PDeCAT es reconocer que se equivocó al pactar con el PSC, ya que permitió la continuidad de un partido en decadencia, y que por culpa de ellos y del PSC hemos lanzado dos años y medio a la basura. Si de verdad quieren el cambio, lo más honesto no es pedir una silla en el gobierno. Lo más elegante y digno es que se queden en la oposición", sostiene.
Con el PDeCAT en el gobierno, el resto de fuerzas soberanistas pierden "credibilidad" como "alternativa". A su entender, los neoconvergentes deben apoyar su investidura sin entrar en el ejecutivo: "El PDeCAT debe apoyar la investidura del cambio y no manifestar ansias de gobierno", reitera. TeC se siente que "directamente interpelada" ante la descomposición del gobierno actual. "Nadie pone en duda que el cambio y el liderazgo de esta nueva situación pasa por TeC", reivindica Matilla.
El PSC, sin apoyos
Las condiciones para alcanzar algún tipo de acuerdo con el PSC pasan, primero, porque renuncie a la alcaldía. "El PSC no puede continuar en la alcaldía. Eso es irrenunciable", señala el líder de los comunes. Los socialistas tienen que "asumir" lo que ha pasado y "ser conscientes del mal que han hecho a la ciudad" estos dos años y medio, "al igual que el PDeCAT". Matilla admite que es "indiscutible" que ganaron las elecciones, pero lo hicieron con un cabeza de lista que "capitalizó" los votos, y ese líder se ha ido con "duras" críticas al PSC.
Hasta ahora, las otras fuerzas que pueden facilitar la alternativa, PDeCAT, ERC y CUP, también han rechazado rotundamente formar parte de cualquier gobierno que incluya al PSC. Sobre la posibilidad de que, ante la falta de acuerdo, la alcaldía se quede en manos de un PSC en minoría, en la segunda vuelta, al ser el grupo con más concejales (nueve), Matilla cree que "hay que hacer todo lo posible para que eso no suceda".