Terrassa

Enésimo retraso en las obras para dinamizar el Vapor Gran

La paciencia tiene un límite y el de los vecinos y comerciantes del Vapor Gran ya no se puede estirar más. El Ayuntamiento les ha informado de un nuevo retraso en las ansiadas obras de remodelación de la zona y la junta de la Associació d’Amics del Vapor ha dimitido en bloque ante tal desoladora noticia.

Casi desde el nacimiento mismo de este nuevo barrio (en 2004 se instalaron los primeros comercios, alrededor de la Plaça Nova) la centralidad y vitalidad comercial que se proyectaron en él se vio que tardarían en llegar. Tras distintas reformas urbanísticas puntuales y el empeño del cambiante tejido comercial de la zona, parecía que había llegado el momento definitivo en el que se viviese la eclosión de esta zona residencial y de comercios, llamada a convertirse en el nuevo centro de Terrassa.

La llegada al Ayuntamiento de la arquitecta Itziar González, en el verano de 2014, parecía que marcaba un punto de inflexión. Así lo creyeron los vecinos y comerciantes, que rápidamente se prestaron a colaborar con ella. Tras varios retrasos en el calendario, esta primavera, la concejal del distrito 1, Meritxell Lluís, confirmó que la primera fase de obras arrancaría este otoño. En septiembre, concretamente. Aunque el presupuesto de este primer paquete de actuaciones que afectaba a la zona norte del barrio era de 400 mil euros, el Ayuntamiento disponía este año solo de 100 mil euros, pero daban para comenzar, aseguró Lluís.

Decepción
En cambio, toda esta planificación está ya descartada. El Ayuntamiento ha informado a los vecinos y comerciantes de la asociación que los trabajos, que ya no se han visto en septiembre, seguirán sin ser una realidad hasta el año que viene, se espera que a principios de 2018. Esta nueva dilación ha llevado a la junta de la Associació d’Amics del Vapor Gran a dimitir en bloque. "Hemos sido muy pacientes y nos hemos comprometido con el proyecto desde el principio, pero las fuerzas se agotan", explica Àngels Martínez, presidenta en funciones de la entidad. Ella y el resto de miembros de la junta se mantendrán en sus cargos de manera provisional hasta final de año a la espera de que otros vecinos y comerciantes se decidan a relevarlos porque, hoy por hoy, no hay nadie dispuesto a coger las riendas.

Martínez asegura que ella y sus compañeros están "tristes y decepcionados" por cómo ha ido todo el proceso. "Llevamos mucho tiempo esperando y hemos trabajo mucho en intentar reactivar la zona, especialmente estos últimos años junto al Ayuntamiento", recuerda. Quiere creer, y así dice que se lo han asegurado concejales del gobierno local, que el proyecto de remodelación del Vapor Gran, tira hacia adelante. No está descartado ni encallado, eso espera, pero sí le han confirmado que se retrasa.

Según explica, las razones han sido problemas en la licitación de las obras. En un primer momento, según se anunció esta primavera, el primer paquete de obras se iba a licitar en abril para empezar a ejecutarse en otoño y culminar en marzo del año que viene. A la vista de los acontecimientos, todo este calendario está más que desfasado. La incógnita es si el Ayuntamiento retrasará también el inicio de la segunda fase, que las previsiones iniciales indicaban que arrancarían en cuanto terminase la primera.

Trabajo sin frutos
La "desesperación" en la actual junta de la Associació d’Amics del Vapor Gran es tal que han optado por no seguir al frente de la entidad. Su presidenta, que espera poder hacer pronto un balance de estos últimos años, reivindica el trabajo que ha hecho la asociación por dinamizar la zona y colaborar con el Ayuntamiento en el diseño de las mejoras urbanísticas previstas. La ilusión puesta en este proceso "colaborativo" emprendido en 2014 por Itziar González, se ha convertido en frustración ante la dilación en el inicio de las obras. "El Ayuntamiento va alargando y alargando el proceso. A nosotros nos quedan pocas fuerzas y ganas. Por nuestra parte no podemos hacer más", lamenta Martínez.

La zona residencial y comercial del Vapor Gran, que empezó a ver la luz en 2004, se construyó por fases. Uno de los episodios más importantes de este nuevo barrio fue la inauguración en noviembre de 2007 del Hotel Vapor Gran, que se vio obligado a bajar la persiana apenas cinco años más tarde ante la falta de clientes. En 2014 el complejo hotelero se reconvertió en residencia para personas de la tercera edad.

Hasta ahora se cuentan por decenas las propuestas de distintos grupos políticos para impulsar el barrio, aunque parecía que las medidas definitivas eran las que estaban a punto de impulsarse, antes del conocido retraso. Si los plazos dados con el aterrizaje de González en el Ayuntamiento (que debía suponer el pistoletazo definitivo para la reactivación del Vapor Gran) se hubiesen cumplido, las obras habrían empezado en el otoño de 2016 y, a estas alturas, muy probablemente estarían ya en la recta final.

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