Carlos Retegui (47 años) es el único seleccionador que ha conseguido disputar dos finales olímpicas consecutivas: en Londres 2012 logró la plata con las chicas y en Río de Janeiro 2016 se proclamó campeón olímpico con los chicos. Lleva cinco años al frente de la selección argentina masculina y esta semana preparó en Terrassa la participación del combinado albiceleste en la final de la Liga Mundial, que se disputará del 1 al 10 de diciembre en la ciudad india de Bhubaneswar y en la que compartirá grupo con la selección española.
Pocos seleccionadores pueden presumir de haber disputado dos finales olímpicas consecutivas y haber ganado una.
Sí, pero eso no es lo importante. Por lo menos no lo es para mí. Yo estoy disfrutando muchísimo de esta etapa al frente de la selección. Estoy tremendamente agradecido a los jugadores y a los directivos que confiaron en mí y me permitieron poder tener esta carrera.
Usted jugó y entrenó cuatro temporadas en el CD Terrassa. Intuyo que esta estancia en nuestra ciudad habrá resultado muy especial.
Yo tengo aquí en Terrassa una parte de mi corazón. Pasé cuatro años inolvidables en el CD Terrassa, de los mejores de mi vida. Son recuerdos imborrables. Paseo por la Plaça Vella, por la Rambla o por Matadepera y me siento como en casa. Soy un terrassense de alma. Amo a esta ciudad y sólo tengo palabras de agradecimiento para la gente, que me demuestra un cariño y un afecto muy grande.
Como jugador y como técnico modificó el ADN del CD Terrassa.
Yo creo que va más allá de vincularme con un club. Me puse la camiseta del Terrassa y la defendí con mi corazón, pero tengo amigos en todos los clubs, como Santi Freixa.
¿Cómo sienta eso de haber conseguido la única medalla de oro que posee el hockey argentino?
Creo que la medalla de oro olímpica hace que uno pueda estar en un lugar de agradecimiento eterno. En la vida todo vuelve. Si eres generoso, solidario y bondadoso, la gente es generosa, solidaria y bondadosa con uno. Esa es la educación que me dieron mi papá y mi mamá. Siempre he intentado elegir el camino del agradecimiento. Cuando eres el número uno del mundo es cuando más debes tener los pies sobre la tierra. Necesitamos seguir mejorando, superándonos y fundamentalmente no equivocar el camino y seguir aprendiendo. Ese es un valor que ahora no podemos perder.
Pero notará cierta presión.
No. Yo creo que presión es no tener salud. O quedarse sin trabajo. Esto de ser el número uno del mundo es una linda responsabilidad, un lindo compromiso para tratar de mejorar, superarse y aprender. Con disciplina y una metodología de trabajo muy estricta vamos a lograrlo. En estos momentos es muy importante cuidar el detalle, el matiz que hace que uno pueda evolucionar constantemente. Estamos en ese camino.
¿Está variando mucho la selección con respecto a los Juegos de Río?
Poco a poco, el equipo se va rejuveneciendo. Hay algunos campeones olímpicos que ya no están y hay que suplirlos. Venimos trabajando con un grupo paralelo desde hace cinco años. Es muy importante que la base de la pirámide sea ancha. Llevamos cinco años jugando finales de Mundial, Champions Trophy y Juegos Olímpicos. Eso nos permite ir mejorando.
¿Quiénes son para usted las selecciones que aspiran a destronarles?
Hoy por hoy está todo muy parejo. Las ocho selecciones que van a disputar la final de la Liga Mundial en la India, además de Nueva Zelanda, Irlanda y Pakistán están a un nivel muy alto. En el hockey masculino, cualquiera le gana a cualquiera. Cuando uno saca los pies del plato, se pega un golpe grande.
Ha cambiado mucho el hockey. Es cada vez más físico.
Absolutamente. Ahora los jugadores son superdeportistas. El juego es cada vez más físico y veloz, con una intensidad altísima. Si ves el físico de los jugadores de todas las selecciones es espectacular.
En el año 2013, Argentina era la undécima selección del Mundo, como ahora España. Y usted la llevó a ganar el oro olímpico y a ser la primera selección mundial.
Sí. Cuando llegamos decidimos que no queríamos ir más a participar a los torneos, sino a competir. Ese el camino que nos ha llevado hasta aquí. Hay que encontrar la motivación en el día a día y no negociar nunca la entrega. Eso es clarísimo. Amamos lo que hacemos y le ponemos muchísima pasión. Nunca hay que dejar de disfrutar.
¿Por dónde va a pasar su futuro?
Yo tengo claro que no voy a ser el seleccionador argentino toda la vida. Esto es algo que tiene fecha de vencimiento. Es por eso que cada día trato de dar lo mejor de mí mismo e intento sacar lo mejor de mis jugadores.
¿Qué es lo que más feliz le hace de toda esta exitosa trayectoria como seleccionador?
En realidad, lo que más feliz me hace es lo que me pasó esta semana en Terrassa. Estar en la Plaça Vella y que se acerque a saludarme gente del Terrassa, del Atlètic, del Egara, del Línia 22 o del Matadepera 88. Incluso del FC Barcelona. Eso me hace verdaderamente feliz: sentarme a tomar un café con alguien que un día fue mi rival y con quien hoy nos tenemos un respeto mutuo. Por eso creo que estoy en un lugar en el que debo devolver un poco de lo que yo recibí. Con el correr de los años se va dando valor a todos esos vínculos. Ojalá que yo pueda ayudar.
Pero usted dio muchísimo también al CD Terrassa y al hockey de Terrassa en general.
Fue un momento lindísimo. Vine con mi familia y mis hijos. Mi hijo Mateo aprendió antes a hablar catalán que español. Imagínese.
¿Cómo vive este momento tan efervescente en el que Catalunya persigue su independencia?
Soy una persona a quien le gusta la política, pero entiendo que se trata de un tema muy particular. Yo viví varios años aquí y tengo amigos independentistas y otros que se sienten españoles. Entiendo que España es madre patria de nuestro país. Considero que se necesita una armonía para encontrar un punto de acuerdo en este momento para que no haya problemas.
¿El "procés" se sigue en Argentina?
Sí. Por supuesto. Está en los medios. No es menor lo que está pasando hoy en Catalunya. Hay que pensar colectivamente y pluralmente. Y hacerlo en paz.
¿Cómo vé a la selección española?
Está viviendo un recambio generacional muy grande. Cuando eso sucede hay desequilibrios en los resultados. Pero deben evitar que los árboles les tapen el bosque. Es mucho más importante tener un crecimiento sostenido y tener cada vez más licencias. Si uno habla de hockey en España habla de Terrassa. Si viviera acá me propondría crear muchas Terrassas en España.
¿Echa de menos el trabajo de entrenar en un club?
No. La selección me tiene tremendamente ocupado. Sólo entrenaría un club si me lo pide un amigo para salvarlo del descenso. Sería la única forma de que encontrara la motivación para entrenar un equipo. Si vuelvo será para ayudar, no para salir campeón.