Los terrassenses apuestan por un modelo de consumo más sostenible. Así lo revela la estadística de los residuos correspondiente al ejercicio 2016, según la cual la generación por cápita continúa por debajo del kilo por persona y día en Terrassa. Concretamente durante el año pasado cada ciudadano produjo 0,97 kilos de residuos, muy por debajo del 1,11 kilos vallesanos, los 1.24 kilos que se generan de media en las comarcas metropolitanas y a mayor distancia de la catalana, que se situó en año pasado en 1,34 kilos de residuos por habitante y día.
Según los datos facilitados por la Agència de Residus de Catalunya (ARC), que ayer presentó públicamente el balance de los residuos municipales en la región metropolitana, en la ciudad de Terrassa el crecimiento de la economía y del consumo no se ve reflejado en un aumento de la basura que se produce en los hogares. Mientras el PIB (producto interior bruto) aumenta, la generación se contiene.
La tendencia se aprecia en toda Catalunya, donde esa disociación apunta a un cambio en el modelo de producción y también a un consumo más sostenible, apunta la ARC. En 2016 el PIB aumentó un 3,7% respecto al año anterior, mientras la generación de residuos fue sólo un 0,65% superior a 2015. En Terrassa esa contención es más acentuada.
La producción de residuos per capita apenas ha oscilado desde el inicio de la crisis económica. En 2008, a las puertas del estallido de la burbuja financiera e inmobiliaria, los egarenses generaban 1,14 kilos de residuos por habitante y día. Cinco años después (2013), ya en plena recesión, la bolsa de basura había caído ya por debajo del kilo y se situaba en poco más de 900 gramos. Desde entonces, la estadística apenas se ha movido y Terrassa se ha situado entre las ciudades que generan menor volumen de residuos por habitante.
En parámetros anuales, cada terrassense produce 353,22 kilos de residuos, muy por debajo de la media del Vallès Occidental (404,68 kilos). La comarca vallesana es en este momento la que genera menos residuos per capita.
Por fracciones, el comportamiento estadístico es bastante estable en la ciudad. El vidrio, con casi 4 mil toneladas recogidas en 2016, ha experimentado un ligero repunte respecto a anteriores ejercicios. También el papel y cartón, que se desplomó en 2014 y desde entonces la recogida sólo ha aumentado levemente. Las sustracciones de cartón de los contenedores rompió la estadística en 2011 y desde entonces no se ha recuperado.
La orgánica (7.535,84 toneladas) repuntó levemente el año pasado y la fracción resto se mantiene con ligeras oscilaciones.
Durante el año pasado, de las 75.984,83 toneladas de residuos que generó la ciudad, 50.419,54 no se separaron en casa. La mayoría de esa basura mezclada -38.277,94 toneladas- se sometió a tratamiento mecánico-biológico y el resto -12.141,60 toneladas-, fue a incineración. Clausurada la recepción de residuos en la planta de Coll Cardús, en 2016 el depósito de Vacarisses no recibió una sola tonelada de basura procedente de Terrassa, informa la Agència de Residus.
Leve mejora de la selectiva
Por lo que respecta a la recogida selectiva, los datos facilitados ayer por la ARC revelan que Terrassa sigue en torno al 33 %, muy lejos del objetivo europeo del 60% fijado para 2020, pero mejor que el ejercicio pasado. En 2015 la ciudad recicló el 31,63 % de los residuos que generó.
La separación en casa de las distintas fracciones (papel y cartón, vidrio, envases, orgánica y resto) sigue siendo el gran reto porque los costes de llevar la fracción resto (la que no separamos) a las plantas de selección, al depósito y/o a incineración siguen disparándose cada año.
En 2016 el CTR (Centre de Tractament de Residus) de Coll Cardús recuperó cinco mil toneladas del vidrio que deberían haberse depositado en el contenedor verde. El coste del tratamiento de esa separación en planta se disparó en casi 400 mil euros.
En Catalunya, de nuevo el municipio que más recicla es Matadepera, con un 76,73% de índice de recogida selectiva neta. La población implantó hace años la recogida puerta a puerta, con fracciones distintas cada día de la semana, un modelo difícilmente trasladable a ciudades de gran tamaño como Terrassa, donde sigue en estudio aplicarlo en algunos tramos del municipio.
La comarca que más separa en origen, retirados los elementos impropios, es el Maresme, con un índice de recogida neta del 33,30%. Por contra, el Vallès Occidental es la comarca con un valor más bajo de recogida selectiva neta.