Eran siete músicos de jazz, cada uno tocando un instrumento virtual. Sentados en sillas de ruedas, auxiliados por la tecnología, por el sistema Bearnz, uno pulsaba un botón, otra pasaba los dedos por un detector, y sonaba una guitarra o un saxo o una trompeta, con sonido pregrabado en cada emisor. Aquello era una banda de jazz libre, aquello fue el colofón musical de un acto que ayer celebró el Día Mundial de la Parálisis Cerebral en la puerta del Ayuntamiento.
"Tenemos la oportunidad de hacernos visibles y poder reinvindicar nuestros derechos", había dicho poco antes Xavi Alonso, un afectado, ayudado también por la tecnología. Sonó un mensaje grabado con anterioridad en una reunión de usuarios que habían trenzado las frases utilizando iconos en tabletas. Un mensaje que hablaba de la necesidad de romper barreras "y construir un mundo más inclusivo". Maise Balcells, presidenta del patronato de Prodis, fue la encargada de leer el manifiesto de la confederación ASCACE, que apeló a la adopción de políticas para situar a los afectados como "sujetos de derecho" y no meros destinatarios de la caridad. La concejal Meritxell Lluís resaltó el compromiso municipal de luchar por la inclusión. Al final, el Ayuntamiento se iluminó de azul y naranja.