Con puntualidad inglesa, el pabellón de Matadepera ha abierto sus puertas las nueve de la mañana para celebrar el referéndum. Desde unas horas antes, centenares de matadeperenses se agolpaban a las puertas del pabellón -donde defensores de la consulta han permanecido en su interior durante toda la noche- para poder votar. Al abrirse las puertas del equipamiento, custodiadas por personal de Bombers y la ADF desde las cinco de la mañana, los congregados en sus aledaños se han desecho en aplausos y han ido entrando escalonadamente. Dentro estaba todo preparado, con las mesas electorales constituidas, las urnas y las papeletas.
Sobre las 6.30 de la mañana, dos agentes de los Mossos d’Esquadra ha entrado en el pabellón, ha abierto acta y ha salido fuera, donde permanece un coche de la policía catalana. Las votaciones han comenzado con normalidad, pero al poco rato el sistema informático se ha colgado, por lo que se ha optado por tomar los datos de los votantes de manera manual a partir del censo del municipio.
“Esta fiesta tiene que durar hasta después del recuento”, ha espetado megáfono en mano un concejal del equipo de gobierno (PDeCAT), quien ha pedido a los asistentes que no se vayan, o si lo hacen, que se creen turnos para que haya gente en todo momento en los alrededores del pabellón, con largas colas para votar desde muy temprano. De hecho, hay programas diferentes actividades a lo largo del día en los aledaños del equipamiento en una cita que, de momento, tiene una fuerte carácter festivo.