La suerte está echada. Ayer finalizó el periodo de consultas en la cúpula de la Unesco sobre las candidaturas a Ciudad Creativa, título al que Terrassa aspira en el apartado cinematográfico. Ya es una ciudad de cine. Ahora persigue el sueño de incorporarse al club selecto de las ciudades cinematográficas de la Unesco -Bradford, Galway, Santos, Roma, Sidney, Sofía, Bítola y Busan ya lo son- , para compartir iniciativas, proyectar la marca de Terrassa a nivel internacional y situar su potencial en el mapa mundial del audiovisual.
La Unesco desvelará a finales de octubre el nombre de las nuevas ciudades creativas. Hasta ese momento, poco trascenderá de un proceso marcado por la discreción, en el que se desconoce el número e incluso el nombre de las distintas ciudades aspirantes. Terrassa superó el primer filtro estatal, en el que competían siete municipios, y actualmente comparte aspiración con otras dos ciudades españolas que optan a modalidades distintas a la cinematográfica.
La Dirección General de la Unesco ya tiene sobre la mesa la valoración de los consultores internacionales e independientes sobre cada una de las candidaturas. Se sabe que la institución internacional valora el potencial de las aspirantes como auténticas ciudades de cine, una condición que Terrassa cumple sobradamente y que le ha valido el apoyo de la Acadèmia del Cinema de Catalunya.
En este momento la ciudad es uno de los polos más importantes de creación y producción audiovisual de Catalunya y España. Al Parc Audiovisual de Catalunya (PAC) y la Terrassa Film Office, que acogen el rodaje de películas, programas, anuncios y series, se suma la Escola Superior de Cinema y Audiovisual de Catalunya (ESCAC), de la que han salido directores de la talla de J.A. Bayona, Jaume Balagueró o Mar Coll. La ciudad es un auténtico plató de cine y un nicho de profesionales del audiovisual formados desde la niñez.
Precisamente uno de los potenciales de la candidatura local es la oferta formativa en el ámbito del audiovisual. Desde la primaria, la escuela Joan XXIII imparte formación audiovisual; en la secundaria el IES Santa Eulàlia forma a futuros profesionales en imagen y sonido y, en el ámbito universitario, la UPC estrena este curso un grado en diseño y arte digital (Citm) que formará a animadores, productores artísticos y diseñadores creativos en 2D y 3D. En total, más de 800 egarenses se preparan anualmente con la ilusión de incorporarse como profesionales a la industria del audiovisual.
La memoria de la candidatura, muy estricta, detalla la oferta formativa, los rodajes profesionales y amateurs, y también la tradición cinematográfica de Terrassa, aspecto muy valorado por la Unesco. La ciudad es sede del archivo de la Filmoteca de Catalunya, del Institut del Teatre y cuenta con un cine centenario como el Cinema Catalunya. La historia del cine tiene en la ciudad con figuras de la talla del cineasta Jan Baca, cuya obra ha sido reconocida internacionalmente, y del director y guionista Antoni Padrós, que expuso su obra en centros culturales de todo el mundo, entre ellos el prestigioso Moma.
El de Terrassa es además un proyecto de ciudad y transversal, impulsado desde a Taula Local de l’Audiovisual, de la que forman parte el PAC, la ESCAC, los centros formativos, la Filmoteca, la Societat Municipal de Comunicació, el Ayuntamiento, a través de la concejalía de Cultura, Innovación y Proyección de ciudad y cineastas independientes como Jan Baca.
Como observatorio de ciudad, la Taula ha trabajado desde su creación para situar a Terrassa como referente de la industria audiovisual y para acercar su potencial creativo a la ciudadanía. El objetivo ahora es dar el salto a la homologación internacional pasando a formar parte del club de las "Creative Cities Network" de la Unesco.