Ante situaciones expecionales, hay que tomar decisiones excepcionales. Es en ese sentido que la junta de portavoces, con el apoyo de PSC, TeC, ERC y CUP decidieron ayer suspender la celebración del pleno municipal de la semana que viene. De hecho, ayer se acordó la suspensión de la celebración de las comisiones informativas lo que significa la paralización de la práctica totalidad de la actividad política municipal.
Lo que está ocurriendo en torno a la celebración del referédum en Catalunya trasciende la acción política habitual y tiene poco sentido mantenerla cuando la mayoría de los representantes de los partidos están más pendientes de lo que ocurre en Barcelona, debido, como decíamos, a la situación de excepcionalidad. Se pudo demostrar el miércoles y también ayer cómo la acción de resistencia se ha trasladado a la calle después de la alteración, por utilizar la expresión del vicepresidente Jonqueres, de la organización del referéndum.
Habrá que ver la capacidad de reacción del Govern y la actitud que adopta el Gobierno y las autoridades judiciales después del “miércoles negro”. Por lo pronto, el president Puigdemont intentando dar una muestra de normalidad, hizo pública la web en la que los votantes puede comprobar cuál es su colegio electoral. El 1-O no podrá ser como se había planeado, pero existe la voluntad inequívoca de mantener la convocatoria en cualquier forma.
La sensación del día después en la calle es de ruptura, de incertidumbre, incluso de desasosiego, pero a la vez del fervor. Nadie sabe qué va a ocurrir, incluso se esperan acciones, si cabe más agresivas por parte de la maquinaria jurídico-policial del Estado. La verdad es que lo fácil es solucionarlo así, por la fuerza, lo realmente difícil, lo valorable es hacerlo por la fuerza del diálogo y la negociación. Se han vivido esta semana momentos nada edificantes por mucho que se quieran justificar desde fuera de Catalunya en tertulias que han olido sangre. Las consecuencias de lo que está ocurriendo y de lo que pueda ocurrir todavía no hay que medirlas en el corto plazo.
Sigue sin entenderse nada. La prueba más palpable es la declaración del ministro De Guindos prometiendo más dinero si el Govern de la Generalitat abandona sus posiciones. Es exactamente como preguntar: “Cuánto queréis por el referéndum”. Ahora se está en otro estadio y hasta que no se entienda eso, no habrá progreso.