Opinió

Veinte años de Miguel Ángel Blanco

El día 13 de julio homenajeamos la memoria del horrendo crimen de Miguel Ángel Blanco, aquí en Terrassa, en la plaza de las Víctimes del Terrorisme, ante el monumento. Acto organizado por la ACVOT (Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas) y el PP; en él estuvieron presentes los partidos políticos, el subdelegado del Gobierno, numerosas autoridades y representantes institucionales, y servidor como representante de la Asociación de Profesores por el Bilingüismo y por el Movimiento Cívico Espanya i Catalans. El acto resultó gratificante con numerosas fotografías al día siguiente en el Diari. Quiero hacer un compendio de la noticia en los medios incluido el Diari:

"En estos días en que se conmemoran los 20 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA, todos recordamos aquellas 48 horas de ultimátum de la banda al gobierno de España. La población entera de nuestro país estuvo alerta a cualquier indicio que surgiera en torno al caso. La policía, en desesperada búsqueda, por carreteras secundarias, comarcales y sendas de Vizcaya y Guipúzcoa, en aquellas horas esquizofrénicas, no perdió la esperanza.

Pero era como buscar una aguja en un pajar. En esta frenética carrera se desplegaron los GEO en la zona de Oñate y luego, más hacia la costa, hacia Deva, pero era tan difícil como una lotería que dieran con él, en ese rastro desesperado, se temían lo peor, porque la banda pensaba en la venganza por el triunfo reciente de la policía en la recuperación del secuestrado José Antonio Ortega Lara. La decisión del asesinato podían tomarla desde Francia José Javier Arizcuren Ruiz ‘Kantauri’ o Javier García Gaztelu ‘Txapote’ para ‘demostrar que era el más duro’ quien determinó el desenlace. Perpetrado el crimen fue como un estallido de pólvora que llenó las calles de España; ETA había iniciado con este asesinato el principio de su fin.

Hoy, en la conmemoración, Jon Juaresti, citado por Hermann Tertsch, recuerda que la nación que unió Ermua se deshizo tras las bombas de Atocha, hasta llegar al actual "barullo municipal y espeso" y recrimina al PP tras haber querido monopolizar la efemérides del 12 de julio, como si Miguel Ángel representara a todas las víctimas del terrorismo. Pensamiento razonable en su hermana Mari Mar, pero no justificable en el PP que, al no haber buscado un consenso, le ha dado así razones al ‘podemismo’ y a los nacionalistas disolventes, a los que se ha unido el PSOE.

La rebelión de Ermua fue la de los alcaldes, con Totorica a la cabeza, contra lo intolerable de la situación podrida que los partidos políticos no consiguieron desbloquear. Y fue el momento del renacimiento de la nación intrahistórica, que decía Unamuno, que irrumpe para rectificar sus derivas erráticas y suicidas. En este 1997 tuvo lugar la mayor revolución democrática de la España moderna. Pero las erupciones cesan y la lava se petrifica…

Después, la nación se rompió y una parte muy importante decidió rendirse al terrorismo entre el 12 y el 14 de marzo de 2004. Los consensos se esfumaron. Y la nación empezó a cuartearse. La izquierda, inmersa en sueños sectarios de fosas comunes en las zanjas… Y por eso, para Ahora Madrid, Miguel Ángel Blanco no es más que un muerto franquista de una guerra civil interminable."

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