"Mur" es una obra de mucho simbolismo, acerca de las barreras sociales y mentales, y de lo fácil que resulta derribarlas si uno tiene voluntad y destreza.
En un Centre Cultural que registró una buena entrada, aunque sin llenarse, un conjunto de artistas de circo y sus aprendices, personas con diversas discapacidades funcionales que demostraron su gran motivación y querencia por el mundo del circo, hicieron el domingo las delicias de una audiencia familiar que no quiso perderse este espectáculo inaugural del Festival de Circ.
Los artistas forman parte de un proyecto en Mataró que ha ido creciendo hasta desembocar en esta aventura.
"Mur" no es una propuesta que se nutra de ejercicios espectaculares, sino que otorga singular importancia al diálogo corporal en escena entre los artistas, todo ello adecerado con maestría a lo largo de toda la función por el músico Ramón Giménez (ex Ojos de Brujo.)
La poesía es un ingrediente más de una historia que late a partir del humor y de la buena sintonía, además de los ejercicios con los cubos que conforman el muro (y que cumplen un papel como si fueran un personaje más del espectáculo), y los ejercicios con escalera, ciclos, aro, malabares, sillas, patines, barra vertical…
En todo momento hay una gran interacción y se hacen muchos guiños al público, convirtiendo a ésta en una propuesta llena de ternura, no exenta de asombro. Mención especial también para una banda sonora variada que le imprime frenesí al montaje.
