Terrassa

El gobierno quiere ser más permisivo con la creación de templos religiosos

Está pendiente desde hace años, pues la aprobación inicial recibió un sí mayoritario en el pleno de mayo del 2014. Entre unas cosas y otras, entre moratorias y elecciones, aún no se ha aprobado la modificación del plan de ordenación urbanística municipal (POUM) para la regulación de la implantación de centros de culto en Terrassa. Y no está claro que se pueda aprobar en breve, habida cuenta de la falta de adhesiones políticas a los planteamientos del gobierno municipal. El documento provisional abre la mano: es menos restrictivo que el proyecto anterior y suprime la distancia mínima entre iglesias según el aforo. También se permitirá la instalación de centros religiosos en naves industriales en desuso.

El departamento de Urbanismo admite que el documento es "más permisivo" que el inicial. Entre otras razones, el gobierno local consideró que las restricciones podían generar segregaciones por barrios, crear zonas de una sola confesión, sobre todo debido a las separaciones obligadas entre iglesias. La Generalitat, a través de la Direcció General d’Afers Religiosos, se lo hizo ver al Ayuntamiento.

Otro cambio que redunda en la permisividad es la atenuación de las condiciones genéricas de amplitud de la calle en la que se quieran instalar los miembros de una iglesia de pocas dimensiones. El Consistorio sí quiere mantener la limitación para los centros de un aforo superior a las cien personas: estos, si prospera el proyecto, no se podrán implantar en vías con menos de seis metros de anchura. Esa condición está incluida en el reglamento catalán del 2010.

Un ejemplo más de la manga ancha que reflejan las últimas incorporaciones lo constituye la creación de iglesias en zonas de uso industrial; en el polígono Nord, Can Petit, Santa Eulàlia y Santa Margarida. Antes esas posibilidades de implantación estaban recortadas. Ahora, no: el Ayuntamiento dejará que se instalen centros en naves industriales ya existentes y en desuso. Y las iglesias con capacidad para menos de cincuenta personas podrán ubicarse en edificios donde haya viviendas. Las de aforo comprendido entre las cincuenta y las doscientas podrán ocupar plantas bajas siempre que no existan viviendas en las superiores.

Si la capacidad del equipamiento oscila entre doscientos y quinientos fieles, los centros no pueden ser contiguos a viviendas. Si el aforo es entre quinientas y 1.500 personas sólo podrán radicarse en edificios exclusivos para su uso. Los templos con capacidad superior a los 1.500 individuos deberán buscar un inmueble aislado. Al Ayuntamiento le consta la existencia de 49 centros religiosos en Terrassa. La mayoría, veintidós, son católicos. Hay diecisiete evangélicos y tres mezquitas.

El plan prevé la autorización de implantación en sectores aún no desarrollados, en ciernes, pero con dos condiciones: que el uso religioso sea provisional, para no consolidarlo y evitar que la utilización religiosa suponga un freno para el desarrollo ulterior, y que la cabida de la iglesia en cuestión sea reducida, de forma que la comunidad se pueda trasladar a otro lugar sin demasiadas dificultades.

Algunos templos actuales no encajarían en la hipotética normativa si sus responsables pidiesen licencias a partir de la aprobación del plan. De hecho, trece de los 49 centros de culto autónomos (no integrados en otros equipamientos, como las capillas) estarían fuera de los usos previstos en el actual Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) que está sujeto a revisión por parte de técnicos del área. Pero la norma no afectará a los oratorios ya implantados, sino a los que sus impulsores quieran implantar.

Petición de mezquitas
La administración pretende disponer de un plan regulador cuanto antes. Sin embargo, la aprobación del documento seguirá en suspenso durante unos meses, pues no ha concitado el consenso esperado. En los últimos meses, las peticiones de creación de iglesias han sido evaluadas y reconducidas con acuerdos y buenas palabras, pero se antoja necesario tener a mano un documento definitivo acorde con la ley catalana.

Unas cuantas comunidades islámicas han solicitado licencias al Ayuntamiento de Terrassa en el último año, según admite el departamento de Urbanismo.

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