N muchos hospitales y clínicas faltan conferencias informativas sobre la fuerza de los pensamientos positivos, también literatura al respecto, pues como ya saben muchas personas los pensamientos positivos, elevados y nobles pueden llegar a ser la mejor medicina. Si por ejemplo se preparase al cuerpo por medio de música armoniosa, ejercicios físicos determinados y pensamientos positivos a muchos pacientes se les podrían ahorrar muchas cosas. Si el alma y el cuerpo fuesen preparados con métodos sencillos para las fuerzas superiores de la vida, para las fuerzas espirituales en el hombre, en muchos casos el paciente podría adoptar una actitud positiva ante su enfermedad y el medio ambiente. Por medio de sencillas pero efectivas ayudas, una persona desalentada en ciertos casos puede alcanzar nuevamente el equilibrio anímico y físico, y llegar a vivir en armonía. En lugar de pensamientos sobre enfermedades y sufrimientos brotan confianza, esperanza, agradecimiento y la decisión de sanar completamente. Ésa es la motivación adecuada para la estructura celular, para el estado celular, que entonces se activa.Tal como se ha dicho, una estupenda contribución para la salud la constituyen los ejercicios físicos armoniosos acompañados de música armoniosa, lo que unido a una forma de pensar positiva incita a los grupos celulares a absorber más fuerza vital, también a activar y estabilizar el cuerpo. De esta forma son estimulados los cuantos de la estructura atómica del hombre contribuyendo así a que el paciente reciba más fuerza espiritual, puesto que en el cuerpo físico se ha producido también la estabilización y normalización del aparato circulatorio. De este modo, tanto el alma como el cuerpo se elevan a un ritmo corporal más alto, a una vibración superior. Y, si el alma y el cuerpo están en armonía, la persona está también más abierta para la orientación hacia una vida espiritual y para las fuerzas espirituales sanadoras y vitales.La armonía prolonga la vida terrenal, la desarmonía la acorta. Por esta razón especialmente en clínicas y hospitales se debería conceder gran importancia a los colores, a las formas, tonos, sonidos y aromas armoniosos, factores que pueden ayudar a que el alma se reconforte, pues los enfermos en muchas ocasiones son en general mucho más receptivos que los sanos para captar su entorno. Y si además en los hospitales los médicos y el personal sanitario en general se esforzaran en pensar, vivir y actuar de forma más espiritual, en muchos casos bastarían los medios naturales, pues éstos estimulan al cuerpo a autocurarse por medio del espíritu. De esta forma serían muchos más los casos en los que se podrían evitar intervenciones y operaciones en el organismo de los pacientes.