Dos carteles, uno en la puerta de entrada al edificio y otro en la del garaje, avisaban ya el mismo martes de la prohibición de entrada: el bloque de pisos, en la calle del Doctor Ferran, en Sant Pere Nord, estaba precintado por riesgo de derrumbe. Se había hundido, el martes, a las dos de la tarde, parte de una terraza del primer piso.
Cayeron unos veinte metros cuadrados de ese terrado sobre el aparcamiento comunitario. Desde fuera, desde la calle, se podían apreciar los escombros mientras agentes de la Policía Municipal inspeccionaban el inmueble. Técnicos municipales dictaminaron que la estructura principal de todo el edificio, de planta baja más cuatro plantas superiores, estaba afectada por la acción de la aluminosis.
Los habitantes debían abandonarlo. Así lo hicieron los que allí estaban. La policía avisó desde la centra, por vía telefónica, a los que se encontraban fuera. La mayoría de los vecinos, de una decena de viviendas, se alojaron en casas de vecinos y amigos. Los Servicios Sociales del Ayuntamiento se encargaron de encontrar cobijo para una familia. El Consistorio decidió precintar el edificio “a la espera de una evaluación más exhaustiva”. Esta mañana aún se podía ver el precinto policial en la puerta de entrada al bloque, junto al cartel: “Peligro. Vivienda precintada. Riesgo de derrumbe”.