"Puta", "corrupta" o "Cesca gorda" son algunos de los insultos que recogían las pintadas que aparecieron en la fachada del domicilio de la alcaldesa de Viladecavalls, Cesca Berenguer (CiU), y un vehículo de su propiedad aparcado al lado en la madrugada del pasado 8 de julio, durante la fiesta mayor del municipio. Unas pintadas que la primera edil y su familia borraron esa misma madrugada y que denunciaron ante la Policía Local. En los días posteriores, Berenguer recibió numerosas muestras de apoyo en su muro de Facebook, donde colgó fotos de las pintadas y denunció los hechos con un "Arribar a casa i trobar-te això . Què hem de fer? Quina llàstima".
En el pleno municipal del pasado jueves, el grupo municipal de CiU, que gobierna junto al único concejal del PSC, presentó en solitario una moción condenando esos hechos… y la acabó aprobando también en solitario tras la abstención en bloque de la oposición.
ERC, Fem Viladecavalls, Ciutadans y Acord per Viladecavalls -las formaciones que componen la oposición- leyeron en el pleno un escueto comunicado en el que condenaban esos hechos y "cualquier otro que se pueda producir contra cualquier cargo electo" e instaban a la alcaldesa a denunciarlos "a las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como a instancias judiciales".
Sin embargo, justificaron su negativa a apoyar la moción al hecho de que CiU la presentase "sin abrirla a debate y enmienda al resto de grupos políticos vía comisión informativa, como se hace habitualmente", por lo que en el pleno acabaron solicitando su retirada para poder primero debatirla.
De hecho, en la comisión informativa de portavoces que se llevó a cabo el jueves de la semana pasado para tratar los asuntos de este último pleno, el equipo de gobierno no hizo mención alguna a la moción, que luego presentó a última hora de urgencia y de la que tuvo constancia la oposición el pasado martes, al serle remitida la documentación de la sesión plenaria.
Una maniobra que no gustó nada a la oposición, al entender que antes de dar su apoyo al texto, este debía ser debatido. Es más, fuentes de la oposición afirmaron ayer que "estamos convencidos de que la moción ha sido un intento de prolongar el victimismo (de la alcaldesa) y no han querido (el equipo de gobierno) ni jugársela a hablar cara a cara del tema con nosotros".
"¿Qué debate debe haber, si se trata solo de condenar un ataque hacia mi persona?", se preguntó ayer indignada la alcaldesa, quien se mostró "sorprendida y triste" ante la abstención de la oposición.
Para Berenguer, la falta de debate en la que se escudan los concejales de la oposición para no apoyar la moción es "una excusa burda". Con su actitud, "han demostrado lo que son como personas", apostilló. Y reiteró que el texto se presentó a última hora porque "no era necesario debatir nada, ni que el resto de partidos se sumasen a la moción. ¿Qué había que debatir? Nada. Solo queríamos su apoyo".
La moción de CiU condena "el ataque sufrido el pasado 8 de julio contra el domicilio particular y un vehículo propiedad de la alcaldesa, así como el acoso sufrido en las redes sociales y en los ambientes privados contra su persona".