Bankia ha ganado 514 millones en la primera mitad del año, un 6,7% más que en el primer semestre de 2016, gracias a las menores provisiones y al tirón del negocio, tanto en crédito a pymes y a consumo como en hipotecas. Sólo en seis meses concedió 893 millones en préstamos para la compra de un inmueble, más que en todo el año anterior, y el 30% de ellos a nuevos clientes, atraídos por la política sin comisiones de la entidad y la oferta tanto a interés variable como a tipo fijo.
En el futuro próximo esa tendencia podría mantenerse, a pesar de que voces del sector financiero han advertido "sotto voce" de que la nueva ley que el Gobierno impulsa acabaría encareciendo las hipotecas y limitando el acceso a las mismas. Al contrario de esa opinión, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, sostiene que los cambios que promueve el Ejecutivo incluyen mayor transparencia y "eso sólo puede ayudar", por lo que ensalzó públicamente en rueda de prensa la iniciativa.
También elogió que el Gobierno retome sus planes para privatizar Bankia y baraje colocar un nuevo paquete de acciones de la entidad después del verano, tras la fusión de BMN, algo que para el "número dos" tiene sentido porque aportará mayor liquidez al valor, además de que permitirá la recuperación de ayudas públicas.
El consejero delegado de Bankia recordó que en los últimos doce meses la acción del banco ha tenido muy buen recorrido y quizás por esa razón, explicó, las posiciones en corto sobre el valor han podido aumentar en los últimos tiempos, con independencia de los ataques en bolsa que sufrió el Banco Popular.
Sobre la fuga de depósitos y clientes de esta última entidad, ahora en manos del Banco Santander, Sevilla reconoció que siempre que se da una situación así surgen oportunidades, sin embargo, aseguró que Bankia ha sido "leal y honesta", por lo que no ha sido muy activa en la captación.
Competencia
Los antiguos clientes de Popular forman parte ahora del Santander, "un gran banco", y serán ellos quienes decidan si quieren continuar o prefieren la política comercial de otras entidades, pues consideró que la competencia está garantizada siempre que se mantengan "entre cuatro y cinco" grandes bancos.
Volviendo a las cuentas de Bankia, el dinamismo del negocio, con un alza del crédito al consumo del 20% y de la financiación a pymes del 27,9%, no evitó que los bajos tipos de interés y el menor rendimiento de las carteras de deuda hicieran que el margen de intereses se redujera un 11,4%, hasta 995 millones.
Las comisiones crecieron un 4,7%, hasta 425 millones, a pesar de que el banco eliminó estos cargos a los clientes con ingresos domiciliados, gracias a los mayores ingresos por utilización de tarjetas, medios de pago y valores.
La entidad cargó contra la cuenta una aportación al Fondo Único de Resolución de 54 millones, pero la cartera de renta fija ayudó a que los resultados por operaciones financieras (ROF) aportaran 262 millones y el margen bruto quedó en 1.648 millones, un 2,3% menos.
Los gastos de administración se redujeron un 2,8%, hasta 764 millones, con lo que la eficiencia, una vez descontados los ingresos por operaciones financieras, se situó en el 46,4%, ligeramente mejor que el 46,6% a cierre de junio de 2016.
El beneficio antes de provisiones fue de 884 millones, un 1,8% menos en tasa interanual, y se dotaron 238 millones a provisiones.
El beneficio antes de impuestos fue de 693 millones, un 8,4% más, que en neto se queda en 514 millones, un 6,7% superior.
La solvencia de la entidad mejoró, con una ratio de capital CET1 "fully loaded", es decir, teniendo en cuenta los futuros requerimientos de Basilea III, del 13,82%, frente al 13,02% que tenía al cierre de 2016. Con una cobertura del 53,9%, la morosidad bajó al 9,1%, frente al 9,8% del cierre de 2016, y Bankia confía en que se reduzca a niveles próximos al 5% en los próximos tres años. Las cuentas de Bankia batieron las expectativas de los analistas y llevaron la rentabilidad sobre fondos propios al 8,6%, frente al 8,2% del primer semestre de 2016.