El Terrassa FC inició ayer no sólo una nueva temporada, sino también una nueva etapa que se escribe a través de la llegada al banquillo de Cristian García. Retirado como jugador en activo tras una magnífica trayectoria, vive su primea experiencia como entrenador. Y lo hace en el club de su ciudad, en su Terrassa en el que empezó y acabó su carrera profesional.
¿Qué sensaciones tiene en el momento de iniciar la pretemporada?
Estoy entre ilusionado, nervioso, con ganas de que esto empiece. Y con responsabilidad. Es una mezcla de sensaciones en el momento de empezar esta nueva etapa. Pero en definitiva es empezar como tantas otras pretemporadas he hecho durante mi vida.
¿Ya se siente más entrenador que jugador?
Esa es una buena pregunta. Me siento entrenador porque es el camino que he elegido. Pero hasta que no esté en el campo con una camiseta distinta aún no me veo. Son sensaciones extrañas después de estar tantas temporadas como jugador.
Es indudable que asume un reto personal de mucho riesgo. Sale usted de su zona de confort para asumir una tarea de notable dificultad.
Cuando me lesioné, en una semana había decidido retirarme como jugador. Luego vino todo lo demás. Cuando vine al Terrassa era por un proyecto, el de Jordi Cuesta, primero como jugador y después como director deportivo o entrenador. Tenía las dos opciones, y es cierto que siendo director deportivo evitaba los disparos, pero entendía que en Tercera División tener un director deportivo no era imprescindible. Y ser entrenador me motivaba. En mi vida siempre he sido atrevido.
Lo cómodo hubiese sido renovar a Vacas, que llevó al equipo a la promoción y gestionar un segundo proyecto desde el despacho.
Lo cómodo es hacer lo que haría la mayoría de la gente. Pero siempre he entendido que un club debe tener una línea de actuación clara y en esa dirección se tomó la decisión de no renovar a Vacas. A él se le fichó para llevarnos al “play off” y lo consiguió. Pero eso no quiere decir que deba continuar sí o sí. Y uno debe tomar las decisiones que le exige su cargo.
¿Me equivoco si pienso que no renueva a Vacas porque no le gusta su fútbol?
No es que no me guste. La máxima en el fútbol es ganar y a cada uno le gusta hacerlo de una manera determinada. Yo sé cómo me gusta ganar. Y también sé que me motiva formar futbolistas y apostar por la gente joven, que es al final lo que marca la diferencia. Poner las herramientas necesarias te acerca al éxito. Y creo en implantar unas líneas claras de trabajo, mucho más que en la política del talonario.
Todo eso está muy bien, pero si en la jornada diez el equipo no cumple las expectativas la gente le va a recordar que prescindió de Vacas a pesar de su buena trayectoria.
Eso está claro. Y el día que demos siete pases hacia atrás para jugar dirán que aburrimos. Pero eso es fútbol y si no ganas estás en la picota. Todo el mundo puede opinar, pero es el club quien debe dibujar su línea de trabajo. Y si se demuestra que no es acertada se deberán tomar decisiones.
¿Está contento de la plantilla que ha construido?
Mucho. Aún puede haber alguna incorporación más pero se ha quedado gente muy importante en la categoría, que ha apostado por el Terrassa. Hemos fichado algunos jugadores en el mercado de Primera Catalana, y de ellos espero un buen rendimiento. En el Terrassa, históricamente, han funcionado mejor los jugadores que han venido de abajo. A la gente le gustan los nombres, pero si sólo apostamos por eso nos dirán que no miramos a la gente joven. Y si apostamos por esos jugadores más jóvenes, nos dicen que no queremos gastar dinero. La línea del club es buena, pero serán los resultados los que decidirán. También estoy harto de escuchar que aquí no hay estructura, pero yo pregunto qué estructura queremos para un Tercera División. Hay que saber dónde estamos y lo que ha hecho el presidente, que compró el club y lo ha organizado. Jugar con el dinero de los demás es muy sencillo. Aquí seguimos jugadores, tenemos informes y hay quien quiere hacer creer que no hacemos nada.
Ahora va a notar más de cerca qué es el entorno del Terrassa.
El fútbol genera opinión y es lógico que hablen de uno. Pero todos esos que critican querrían estar dentro.
¿Es mejor esta plantilla que la del año anterior?
Yo creo que hemos mejorado en muchas cosas. Por ejemplo, en fondo de armario. Y en gente joven que viene de Primera Catalana y que queremos formar. Pienso que podemos sacarle mejor rendimiento. Para la forma en que quiere jugar Cristian García el tipo de futbolista de esta temporada es mejor. O así lo considero.
¿Y si le pregunto si este equipo es aspirante a play off qué me dice?
La realidad del Terrassa antes del fichaje de Fran Piera, por ejemplo, era del octavo para arriba. Pero estando ahí debemos mirar hacia arriba, no hacia abajo. Estamos trabajando para dar ese salto de calidad, empezando por el presidente que se desvive por el club. Ya hemos avanzado con el fichaje de Fran Piera y si viene algún futbolista más de ese nivel estaremos más cerca de los mejores. Pero nos vamos a encontrar una Liga muy dura, con equipos potentes y de jugadores muy buenos. En todo caso, en el fútbol comprar futbolistas no te da la razón sino la manera de trabajar.
En Terrassa somos muy de marcar objetivos inmediatos. Y a usted se le reprocha que no se haya referido a la promoción o al ascenso como meta de este equipo. ¿Qué tiene que decir?
Ni lo he dicho ni lo voy a decir. La gente está esperando que diga que vamos a ser campeones, pero yo digo la realidad. Y la realidad es que voy a trabajar al máximo por llevar al Terrassa lo más alto posible, porque esa es mi ilusión. A eso vine aquí, no a retirarme. Ascendí como jugador y sería precioso hacerlo como entrenador. Pero no me voy a imponer ese reto, sino a hacer el mejor Terrassa posible y que el club crezca en todos los sentidos.
¿Hay clubs con más opciones, con mejores plantillas?
Uno ve cómo está fichando L’Hospitalet, Prat, Espanyol “B” o Sant Andreu y hace falta explicar poco. La gente entiende que fichan mejor que nosotros, pero lo que yo puedo decir es que cuando la pelota rueda la realidad puede ser distinta. Yo fui a Cádiz y descendimos con un equipo que tenía, incluso, internacionales. Y no nos olvidemos de cómo bajó el Terrassa. Aquí todos éramos estrellas y nadie era trabajador. El fútbol es mucho más que traer gente importante.
Ustedes dijeron al final de temporada que iban a apostar por una línea de continuidad, conservando a gran parte de la plantilla. Y al final se han ido más jugadores que los que se han quedado, sólo nueve.
Hasta mi mujer me decía el otro día que había hecho muchos cambios. Cuando yo hablo de conservar un bloque lo hago sobre este pensamiento. Yo pensé en el núcleo más importante del equipo y en los jugadores que se adaptaban a mi fútbol. Y sólo nos ha faltado que se quedasen Pol Ballesteros y Marc de Val. Los que se han quedado han sido los que yo quería. Y Velillas, que se marchó porque tuvo una oferta más interesante. Es comprensible.
¿Los demás se han ido por decisión técnica?
Sí, mayoritariamente lo tuve claro. Sólo tuve alguna duda con Guillem Castell, pero había que hacer otras apuestas.
El día 29 debutará en el banquillo ante el Prat. ¿Quiere ganar ya desde la Copa Catalunya o se toma estos partidos como una preparación para la Liga?
Y tanto que quiero ganar. Llevar el escudo del Terrassa exige eso. Quiero ganar el partido contra el Prat porque ese es mi gen competitivo. La pretemporada está para mejorar, pero ganar te ayuda a crecer mejor y a reforzar tu idea.
