Terrassa Plaça, el centro comercial que abrirá sus puertas en octubre en la avenida del Vallès, junto al hipermercado Eroski, encara su recta final. Las empresas encargadas de las obras se afañan en rematar la construcción del complejo, que ofrece 23 mil metros cuadrados de oferta comercial. En este momento, Citygrove, el grupo inmobiliario británico que promueve su construcción, tiene asignado ya el 80% de la superficie comercial a distintos operadores de moda, de decoración y de alimentación, entre otros.
Toda la estructura del parque comercial está ya levantada, por lo que la construcción está en la recta final. De hecho, ya hay siete locales (de un total de 14) que han sido entregados a los operadores para que adecuen el espacio interior. Citygrove se encarga de levantar el armazón de las naves y locales (los hay de distintos tamaños) para que después cada firma lo acondicione por dentro en función de sus necesidades. Una de las unidades comerciales que hace tiempo que ya está trabajando en el interior es Bricomart, que es la tienda más grande de las que habrá en el recinto. El director asociado de desarrollo de Citygrove, Manuel Gonzalo de Ligne, explicó ayer durante una visita de obras que los trabajos siguen el ritmo previsto, con lo que esperan culminarlos en septiembre para poder inaugurar en octubre. La fecha exacta aún se desconoce.
Once operadores confirmados
Gonzalo de Ligne aseguró que están "muy contentos" con la acogida que ha tenido el proyecto entre los operadores comerciales. La ocupación actual se sitúa en el 80%. Aseguró que "para octubre, todos los locales tendrán operador", aunque quizás algunos del ámbito de la restauración no estén en condiciones de sumarse a la inauguración.
En este momento hay ocho firmas que han confirmado su presencia en Terrassa Plaça. La tienda más grande será la de Bricomart, dedicada a la venta de materiales para la construcción. También estará presente Mercadona, que trasladará a esta zona un supermercado que tiene ahora junto a la estación de Renfe Terrassa Est. También aterrizará la tienda de productos para mascotas Kiwoko, el gimnasio Altafit, la firma de ropa deportiva Sprinter y la empresa de colchones Maxcolchón. La firma de moda italiana Globo Moda ubicará en este recinto su primera tienda de Catalunya, que tendrá alrededor de 2.700 metros cuadrados. La oferta de restauración está liderada, de momento, por la cadena de comida italiana Tagliatella, que ocupará un local junto al restaurante Viena.
En total son ocho los operadores con los que hay un contrato de arrendamiento en firme, pero Gonzalo de Ligne aseguró ayer que hay otros tres operadores confirmados con los que se está acabando de ultimar las condiciones de instalación. También se está en conversación con otras empresas de restauración para que se ubiquen en los locales situados entre la calle de Cantàbria y la avenida del Vallès.
El complejo ofrecerá 1.015 plazas de aparcamiento. La promotora ha cerrado con el Ayuntamiento un plan de movilidad que incluye el refuerzo de dos líneas de autobús durante los fines de semana, la creación de dos nuevas paradas en la calle de Navarra para facilitar el acceso al recinto y la construcción de un carril bici. La inversión corre a cargo de Citygrove.
Los responsables del proyecto estiman que por Terrassa Plaça pasarán más de tres millones de visitantes al año, principalmente clientes procedentes de Terrassa y Rubí, aunque también de localidades próximas como Viladecavalls o Matadepera. Se estima que su público potencial son los 320 mil habitantes que residen en Terrassa y alrededores.
Oposición vecinal
La empresa promotora ha mantenido contactos con los vecinos del distrito 2, que se oponen a la construcción de este complejo comercial. Las asociaciones de vecinos de Montserrat, Torre-sana, Ca n’Anglada y Vilardell impulsaron la creación de una comisión, en el marco del consejo de distrito, para coordinar actuaciones contra Terrassa Plaça. Otras entidades, como la Associació de Comerciants de Ca n’Anglada, Dones amb empenta de Vilardell y Aturats +50 anys también se han mostrado contrarias.
Los vecinos, que en su momento iniciaron una recogida de firmas con la intención de detener su construcción, consideran que este parque comercial supone una agresión contra el pequeño y mediano comercio de Ca n’Anglada y, prácticamente, supondrá la desaparición del escaso comercio de proximidad que hay en el resto de barrios del distrito.
Desde la asociación de comerciantes de Ca n’Anglada explican que los asociados están "muy preocupados", especialmente las ferreterías que temen que la presencia del gigante Bricomart les obligue a cerrar. La entidad considera que los puestos de trabajo que ofrece la mayoría de operadores de este tipo de complejos son "efímeros" y con "sueldos muy bajos". Ofrecen productos de "baja calidad a precios bajos" y comodidades como el aparcamiento contra los que los pequeños comercios no pueden luchar, se lamentan.