Un año más, los terrassenses dejaron en buena parte sus preocupaciones en casa y durante un fin de semana salieron a la calle para fundirse en esa comunión colectiva que muestra la ciudad tal cual es: infinita. Pasear, pasar, por los espacios y las actividades de la Festa Major volvió a ser encontrarse con la asombrosa pluralidad de personas, intereses, gustos musicales, culturales y de ocio que coexisten en Terrassa, y de quienes gustan de relacionarse con ellos, y allá quienes se lo pierden y se pierden el potencial de la Festa Major para conectarnos como seres humanos por preferir las pantallas, la escapada a la playa, la impermeabilidad a la posibilidad de ser feliz estos días solo con pasear, ver, oír.
Con el ambiente de siempre transcurrió el fin de semana en Festa Major, y con un descenso de temperaturas que fue muy de agradecer. Tras el intenso calor de las últimas semanas, sorprendúia ver, el sábado a última hora de la tarde, muchas chaquetas en las calles. Unas horas antes, al inicio de la Cercavila, cayeron algunas gotas de lluvia que no fueron a más (quizá el cirio de el Ayuntamiento se apagó un poco y lo avivaron).
Diversidades
No obstante, hay quien dice que, este año, ha percibido menos gente, en algunos espacios del centro. Es algo dificil de cuantificar, teniendo en cuenta su gran número, que el público está cada vez más diverso y informado y se programa mejor lo que quiere ver. "No a todos les es dado tomar un baño de multitud", en Festa Major, y los que se lo tomaron más fueron los de Los Chichos, que en el Parc de Vallparadís superaron todas las expectativas de número de espectadores (alguno quizá con ganas de encontrarse con aquel otro que le abrió el coche para birlarle las cassettes de "Esto sí que tiene guasa" y la banda sonora de "Yo, el Vaquilla") y David Bustamente en el Parc dels Catalans. También pueden considerarse multitudinarios los conciertos de Los Manolos, Doctor Prats, la Cercavila, la Sortida d’Ofici, la exhibición castellera, la Festa Major Infantil. el "Ball de revetlla".
Todos los géneros musicales
"Alegria, que és Festa Major", se puso a canturrear -sí, la canción de la Trinca- el cantante del dúo Cala Vento, que el sábado por la noche actuaba en la plaza del Vapor Ventalló, cuando el entusiasmado público le pidió un bis, y recordó los grupos que debían relevarle en el escenario. El ambiente de Festa Major que evoca el tema de la Trinca podía vivirse en la Plaça Vella, con el tradicional "ball de revetlla" al que puso música la Orquestra Maravella (y al día siguiente, en versión más moderna, con la "all-girls-band" Scarlets & The Femme Soul Band) Muchas eran las músicas, las estéticas las concurrencias que podían degustarse esa noche, por ejemplo. En los jardines de la Casa Alegre quedaban algunas sillas libres para paladear el concierto de la Coral Ohama con una placidez que te situaba fuera del tiempo, como transportado décadas atrás. La PlaçaNova estaba llena con Los Manolos, muy bailados, y aplaudidos cuando anunciaron su canción más feminista, "Manolo, hazte tu la cena solo". Prácticamente solos estaban a esa hora, antes de la marea humana de Los Chichos, las paradas de El Jove, cuando el grupo Ron Candela abría las actuaciones, y algunos grupos de jóvenes vagaban por el Parc de Vallparadís buscando el espacio , y sorprendiéndose de la presencia policial (muy visible este año en toda la ciudad), que les advertía de la prohibición de introducir recipientes de vidrio. En la plaza Didó, también Desaires ofrecían música festiva. En estos días de Festa Major, las músicas estaban tanto en tantas partes que salían al paso a veces incluso sin buscarlas. A veces, incluso fuera de programa, como la noche del domingo, en que uno tomaba la calle de la Palla y se encontraba inesperadamente con Toni, el cantante del grupo de rock terrassense Calles Grises, entonando el "Sweet home Alabama" de Lynyrd Skynyrd, sin escenario, en un portal a ras de suelo, y acompañado solo por dos guitarristas. Auténtico "street rock’n’roll".
La novedad de l’ àliga
La cultura popular ha vuelto a ser una de las grandes protagonistas , y de nuevo ha demostrado su poder de convocatoria. Este año, además, contaba con una poderosa novedad, que de ahora en adelante será presencia habitual (aunque todavía por acabar de definir) en la Festa Major : l’Àliga de Terrassa. La nueva figura creaea por Jordi Grau estuvo y bailó su danza cerrando la ceremonia de apertura. Su carácter solemne y real la llevó a participar en el Seguici d’Autoritats, que el domingo a las 9.45 de la mañana salió del Ayuntamiento con los miembros de la corporación municipal, el Drac de Terrassa, los maceros,y el pendón de la ciudad, este año llevado por el Cor Montserrat de Amics de les Arts i Joventuts Musicals, con motivo de su cincuenta aniversario. L’Àliga se estuvo en la Plaça Vella mientras se desarrollaba el oficio de Festa Major, y su baile cerró al Sortida d’Ofici, donde hubo una gran curiosidad por verla. Puede decirse que l’Àliga ha sido el personaje por excelencia de los festejos de este año, y su presencia ha fascinado a pequeños y grandes., también a quienes se la encontraban casualmente en sus desplazamientos, como el domingo por la tarde, junto con la Pàjara en la calle de Puignovell, en la que los coches se ralentizaban para verla.
Por otra parte, puede vivirse una Festa Major intensísima solo con la cultura popular, con la Cercavilia como acto central, pero también con tantos de distintos en horarios y espacios tan distintos, todos despertando el mayor entusiasmo.