David Bustamante firmó el sábado uno de los recitales más multitudinarios de Festa Major en el Parc dels Catalans, donde sus fans lo esperaban desde las 8 de la mañana. El intérprete cántabro saltó al escenario puntual a las 12,29 de la noche y lo hizo ante un público heterogéneo y entregado, dispuesto a escuchar al artista y a ver al personaje.
Consciente de ello, Busta arrancó cantándole al desamor con el tema “Cuánto te amé”, de su álbum “Al filo de la realidad”. Todo un giño al público en uno de los momentos personales más delicados para el artista, que durante hora y media de concierto repasó sus 9 discos y sus 15 años de carrera.
Vestido con pitillo, camiseta larga y chupa de cuero, de negro casi integral, el intérprete de San Vicente de la Barquera desplegó vitalidad sobre el escenario, regalando contorneos a sus fans y exhibiendo agudos. El recital incluyó algunos de los temas más populares del artista, como “Cobarde”, “Vivir” o “Miento”, y sus habituales versiones de los clásicos “Bésame” y “Júrame”, que lograron que todo el Parc dels Catalans sonara como el coro que faltó sobre el escenario.
“Bona nit a tothom. Com esteu? Esteu bé?”, saludó Bustamante en un más que correcto catalán. El artista saltó a la fama en la primera edición de “Operación Triunfo” desde Catalunya, y el sábado quiso agradecer la oportunidad “a la tierra donde empecé como artista. Moltes gràcies Terrassa, de veritat, des del meu cor”, dijo.
Durante la noche los fans le pidieron los botellines de agua, las toallas -“chicas, ¿sin lavar?”- y que cantara “Superman” , pero el tema “no está en el repertorio y hoy voy más de Spiderman y otros héroes”, bromeó.
En la recta final del concierto Busta homenajeó al productor Miguel Gallardo interpretando el clásico “Hoy tengo ganas de ti” y arrancó a bailar a la audiencia con “devuélveme la vida”, “Feliz” y “el aire que me das”.
El artista no defraudó a su público, que disfrutó y mucho, aunque sí a aquellos que esperaban, además de experimentar la cercanía del triunfito más simpático, una puesta en escena acorde a 15 años de carrera, una mínima escenografía y un mejor estilismo. Musicalmente Bustamante cumplió, pero muchos echaron en falta la orquestación que habitualmente acompaña a sus mejores temas y no entendieron el eterno interludio de 5 minutos cuando sólo había transcurrido media hora de concierto. El triunfito cumplió, pero no brilló.