Terrassa

Vallparadís se entregó de nuevo a la diversión familiar

Apenas pasaban unos minutos de las diez de la mañana y varias decenas de criaturas (y otros muchos adultos) esperaban ya impacientes el chocolate con "melindros", el tradicional evento que da inicio, a partir de las 10.30 horas, de la matinal más esperada de la Festa Major Infantil. Y, como es habitual desde hace más de dos décadas, la jornada fue un éxito. Los talleres, espectáculos y todo tipo de actividades donde la diversión se refleja en la cara de los más pequeños (y de los grandes también, aunque mezclada en estos casos con el cansancio) inundaron ayer el Parc de Vallparadís.

Tras cargar energía con el rico chocolate, del que se repartieron más de dos mil vasos, los niños y niñas empezaron a picotear con los talleres preparados para la ocasión desde. Más de 22 actividades ideadas por distintas entidades culturas y deportivas de la ciudad, alguna ONG y hasta los voluntarios de la Agrupació de Defensa Forestal (ADF) ofrecían un variado entretenimiento. Hubo propuestas tradicionales, como la de hacer figuras de barro y de arcilla, la de buscar caramelos en un pajar (con unos participantes la mar de concentrados en hallar el escondido botín) y la de fomentar la creatividad pintando "cuadros" con témperas.

Numerosas propuestas
Pero la Festa Major Infantil también ofreció algunas novedades, como el taller de hacer pistolas de agua con esponjas; el de construir títeres de papel; el de elaborar vistosos (y muy útiles dado el calor) abanicos adornados con pegatinas; el de confeccionar un móvil (no el que sirve para llamar, sino para colgar del techo, por ejemplo) con un plato de cartón y tiras de papel; el de construir con un recortable un camión de las ADF y el de pintar mandalas. Este último, preparado por la ONG Aasha, que también ofrecía servicio de bar y cuya recaudación se destinaría a la rehabilitación de un orfanato de la fundación Vicente Ferrer.

Ante tal cantidad de propuestas, el trajín de niños, carritos de bebé (y algunas mochilas portabebés para los que tenían suficiente entretenimiento con admirar la cantidad de estímulos que allí había), padres y abuelos yendo de un puesto a otro era constante. A algunos se les paraba el reloj construyendo flores de papel o moldeando plastilina, pero otros no tenían tiempo que perder y querían probarlo todo, incluyendo por el camino el taller de circo (con malabares y platillos incluidos, todo un éxito), una partida de ajedrez con piezas gigantes o unos lanzamientos a canasta.

Todo ese ir y venir incluía alguna parada, como la que ofrecía Fiac Idiomes con el rincón de cuentos ingles, situado estratégicamente junto a un salto de agua que ya de por sí captaba el interés de los pequeños. Más de uno, para combatir el calor, puso los pies en remojo. Los distintos canales de agua que surcan el parque fueron el charco improvisado para el chapoteo de algunos. Había que combatir el calor, y las gorras y paraguas no eran suficiente.

Quienes buscaban una actividad más calmada y, de paso, conocer el patrimonio, pudieron deleitarse con las historias sobre el pasado de la Seu d’Ègara que explicó Pepa Puig, una divertida arqueóloga que hizo un recorrido por los habitantes de este rincón privilegiado de Terrassa desde la prehistoria.

Esta propuesta, que es la primera vez que se programa, fue todo un éxito de asistencia. La arqueóloga Puig, en un teatralizado recorrido, descubrió los secretos que guarda el subsuelo de la Seu d’Ègara (como los silos donde los íberos guardaban el maíz o las tumbas del pequeño cementerio que había junto a la iglesia de Sant Miquel) y las iglesias (como el hecho de que Sant Miquel funcionaba como tanatorio). Los asistentes también pudieron ver de cerca el retablo pétreo de la iglesia de Sant Pere y el gótico que pintó Lluís Borrassà y que se conserva en la rectoría.

El Castell Cartoixa de Vallparadís repitió sus "Contes de princeses" que tanto éxito volvieron a tener. Los niños y niñas ayudaron al príncipe Jordi a encontrar a la princesa, que entre todos bautizaron como María y a la que despertaron después de 100 años durmiendo.

Una de las actividades más seguidas fue la del Home Circ, que con humor y la ayuda del púbico, montó un completo espectáculo de circo con un único intérprete. Tras el circo, una caravana rumbera que recorrió todo el parque, con la animación de Jaume Ibars i Cia, puso el acompañamiento musical a la fiesta del agua.

La matinal llegó a su fin, pero durante la tarde continuó la diversión con castillos de arena, cuentos, canciones, juegos gigantes y un pasacalles con entidades de cultura popular.

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