Más de un millón de personas han teñido hoy Madrid de color arcoíris para gritar al mundo que los transexuales no son enfermos, defender la diversidad y reclamar derechos para el colectivo LGTBI en la manifestación del Orgullo Mundial 2017, que ha unido a la reivindicación la música, el baile y la diversión.
A las 17.00 horas arrancaba la manifestación desde la madrileña Glorieta de Atocha bajo el lema “Por los derechos LGTBI en el mundo” en una pancarta que sujetaban representantes del PP, PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos, CCOO, UGT y de diversos colectivos LGTB y organizaciones sociales, entre otros.
Por primera vez el PP se colocaba en la cabecera de la manifestación porque, según su vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, tenía que estar por tratarse de una marcha que significa “derechos, igualdad y tolerancia” y porque, como precisaba, el vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto “es la primera vez que nos han invitado”.
Desde el PSOE, los portavoces en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, Ángel Gabilondo y Purificación Causapié, respectivamente, celebraban la libertad conseguida para el colectivo LGTBI y se comprometían a seguir trabajando porque “aún hay mucho que hacer”.
Intención compartida por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que aseguraba que esta celebración le hace sentirse “orgulloso de ser español”.
Y “como liberal”, el dirigente de Ciudadanos, Albert Rivera, defendía la reivindicación porque “nadie nos tiene que decir con quién hay que acostarse, qué hay que pensar o cuál es tu condición sexual”.
La manifestación, con 60 pancartas escritas en numerosos idiomas y 52 carrozas, es el eje de las celebraciones del evento mundial World Pride, que este año se celebra en la capital española, con el objetivo de reclamar que todos los países legislen hasta alcanzar la plena igualdad entre personas LGTBI y el resto de la sociedad.
Más de dos horas y media ha tardado la manifestación, a pié, en llegar a su destino en la Plaza de Colon, donde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y el Colectivo Gay de Madrid (Cogam), convocantes de la marcha, han leído un manifiesto en el que han recordado que en más de 80 países hay leyes que criminalizan y castigan a los LGTBI y en 9 de ellos la diversidad se castiga con la pena de muerte.
Con especial mención a la represión que sufre el colectivo en Chechenia, han recordado que “nadie ha regalado nada al colectivo y detrás de cada derecho está la lucha activista”.
Tras escuchar las reivindicaciones, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, se han dirigido a los asistentes, antes de que subieran al escenario políticos de todos los partidos para bailar juntos al ritmo de la canción “A quién le importa”, de Alaska.
El tema, elegido como himno del Orgullo Mundial, ha sido cantado hasta la extenuación por los cientos de personas que iban a bordo de las carrozas del desfile, que comenzaron a rodar al término de la manifestación, organizadas por partidos y organizaciones sociales.
A pesar de que el desfile se ha prolongado más de 5 horas (finalizaba justo a medianoche en la Plaza de Colón), debido a las fuertes medidas de seguridad establecidas que han obligado a vallar recorrido, según iban avanzando las carrozas, el cansancio no ha hecho mella en los asistentes.
Entregados a la música bailaban y coreaban todas las canciones que sonaban en las carrozas, desde las que se les animaba a corear “Orgullo de Madrid”, “Viva la libertad” o “Ama a quien quieras”.
LGTBI, heterosexuales, personas de todas las razas, llegados a Madrid desde distintos puntos de España y desde multitud de países, y representando a todo el abanico generacional han salido hoy a la calle para demostrar su apoyo al Orgullo.
Las banderas arcoíris no han dejado de ondear durante toda la manifestación, llena también de colorido por los vistosos disfraces y atuendos de los asistentes, que junto con mucho cuero negro y bañadores, han participado en un Orgullo Mundial que ha querido poner voz a los que aún tienen que ocultar su identidad en muchos lugares del planeta.