Se notaba que La Canija estaba en casa. Se encontraba a gusto, suelta, con donaire. La cantante de D’Callaos no ha parado de emitir referencias a su Terrassa, a su “familia”, en el concierto que este viernes de madrugada su quinteto ha ofrecido en el Parc dels Catalans. El recital duró casi dos horas, tiempo en que D’Callaos desplegó su mixtura de flamenco, rumba y rock a ratos de tono progresivo. Resonancias de Triana se hicieron notar en fases de una propuesta con alusiones a la vida cotidiana, al amor, al desamor y al gozo del vivir. La Canija recordó a los “maestros” Lole y Manuel y al mítico Café de las Niñas egarense que allá por el 2004 vio nacer esta aventura musical.