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Los propietarios del castillo hinchable de Caldes dicen que fue un accidente

El matrimonio propietario del restaurante de Caldes de Malavella (Girona), en el que falleció una niña y otros seis menores resultaron heridos al salir volando un castillo hinchable del establecimiento, ha declarado ante el juez que lo sucedido fue un accidente.

El matrimonio, contra el que se ha abierto diligencias por un delito de homicidio imprudente y otros seis de lesiones por imprudencia, ha contestado hoy a las preguntas de todas las partes en el juicio.

La declaración de la pareja, como ya pasó ante los Mossos d’Esquadra, se ha centrado en los anclajes y, aunque han reconocido que sólo tenían puestos dos de los diez de que disponía la estructura, su defensa ha insistido en que esto no explicaría por qué el hinchable salió volando cuando los pequeños jugaban encima.

El abogado del propietario, Carles Monguilod, ha explicado que han incorporado a la causa un vídeo del mismo día de los hechos grabado por un padre muy poco antes del accidente: “Se ve que todo pasaba con normalidad y que no hay viento”.

El abogado ha solicitado “un poco de prudencia”, ser poco especulativos y esperar a que el Grupo de Ingeniería Forense de la Unidad Central de Criminalística del Cuerpo Nacional de Policía, a quien el juez pidió un informe sobre las posibles causas del accidente, se manifieste.
“Seguimos un poco con la incógnita y, seguramente, la pericial de la policía científica de Madrid podrá esclarecer la causa de por qué salió proyectado el castillo”, ha mantenido Monguilod.

Para Monguilod y Jordi Corominas, abogados de los propietarios del restaurante, no hubo negligencia penal, por lo que no se trataría de un homicidio imprudente, sino de un accidente.

Sin embargo los letrados de la familia de la pequeña de seis años que falleció y de los otros seis niños que resultaron heridos, Carles Alabau y Javier Soria, que se han personado como acusación particular, aseguran que hubo una “negligencia clara”.

“Pensamos -ha mantenido Alabau- que ha habido una clara omisión de las normas de seguridad respecto al hinchable y existe una clara responsabilidad por parte de los propietarios”.

En su atestado, los investigadores de los Mossos d’Esquadra apuntaron a diversos posibles factores como una punta de viento y el mal anclaje, pero no determinaron la causa concreta que hizo que el castillo se desplazase 39 metros a una altura de unos 10 metros.

También han declarado, en calidad de testigos, dos trabajadores que se encargaban de la zona lúdica habitualmente y, concretamente, el día el accidente.

Ambos han insistido en que siempre montaban el castillo con dos anclajes traseros porque no había más cuerdas, que si había viento no se instalaba y que nunca habían visto que fuera inestable. Los empleados han recordado que nunca había pasado nada ni habían tenido ninguna queja de algún cliente.

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