Terrassa

La instrucción fija en ocho las víctimas del entrenador acusado de pederastia

El caso del monitor terrassense acusado de pederastia es ya un sumario, dada la gravedad de los hechos que se imputan al entrenador de fútbol detenido el 11 de mayo del 2016 por, presuntamente, abusar de menores. De la instrucción judicial se deducen indicios de ocho cargos por presuntos abusos sexuales a otras tantas víctimas, según se indica en los autos.

El investigado, de 28 años, vecino de Terrassa, está en prisión preventiva. Según fuentes próximas a la investigación, no ha querido declarar en ninguna de las tres ocasiones en que ha comparecido en el Palacio de Justicia de Terrassa: ni cuando lo arrestaron, en mayo del 2016, ni en las diligencias de instrucción. Cuando lo detuvieron los Mossos d’Esquadra, al encausado le atribuían cuatro delitos. Luego llegó un goteo de denuncias que ha acabado cuajando en una relación de ocho menores afectados. Casi todos son varones. Algunos eran pupilos del imputado.

Uno de los muchachos, a la sazón de 15 años, fue víctima de abusos, a tenor de los indicios recogidos en las diligencias, en el mes de julio del 2014. Él y el imputado fumaron porros en el domicilio del segundo, donde el denunciado supuestamente hizo tocamientos al menor y practicó sexo oral con él.

En diciembre del 2015 el inculpado invitó a otro chico, de 15 años, al que entrenaba en un equipo de la comarca, a su casa. Se pusieron a ver una película, estirados, y el investigado le realizó sexo oral, según la denuncia. El menor no se opuso porque quedó paralizado por el miedo, indican los autos. Tras aquel episodio, el muchacho dejó el equipo de fútbol y bloqueó al imputado en las redes sociales.

A otro joven le formuló varias preguntas sobre relaciones sexuales. Le preguntó, por ejemplo, si se masturbaba, y cómo lo hacía.

La lista de cargos prosigue con una víctima femenina, la única. Se trata de una adolescente de 14 años que mantuvo una relación sentimental con el encausado cuando éste era responsable de una discoteca, a principios del 2016.

Grabaciones y fotos
Ella le pidió un puesto en el local y el le contestó con una condición: para trabajar allí debían ser pareja. Ella accedió. Él pidió a la chica grabaciones y fotos "de claro contenido sexual", indica un auto judicial. La pareja mantuvo relaciones sexuales plenas.

Las otras cuatro víctimas son varones. En las diligencias consta que tres tenían 13 años cuando sufrieron los abusos. Ocurrió mucho antes que el resto de actos denunciados. Pasó en la temporada 2007-2008, cuando el incriminado entrenaba a un equipo de fútbol base de la comarca. Según el sumario, el investigado invitaba a los tres chicos a consumiciones en bares de Terrassa y luego los llevaba a su casa, en Can Parellada, "con la excusa de jugar a videojuegos". Allí se introducía con alguno de los menores en una habitación con el pretexto de hacerle un masaje. Dicen los autos que instaba a los jóvenes a vestirse con pantalones cortos para manosearlos. Y les practicaba felaciones.

Agresiones y amenazas
La crudeza de los hechos denunciados incluye agresiones físicas cuando alguno de los muchachos se negaba a continuar con aquello. A uno, según las denuncias, lo agarró del cuello y lo empujó contra la pared. Amenazó a un chico con no jugar el próximo partido.

A otro le advirtió que mandaría "a gente" a pegarle si no accedía a sus pretensiones sexuales. Lo había conocido por su relación con la citada discoteca y se hizo amigo de él. El adolescente contaba 15 años. Corrían los primeros meses del 2016 cuando, según obra en las actuaciones, el imputado ofreció al chico mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. El menor se negó al trato y supuestamente recibió la réplica de las amenazas.

El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial de Barcelona, seguramente a finales de este año. A falta de que las partes presentes en el proceso formulen sus calificaciones, los hechos acaecidos podrían ser constitutivos de, cuando menos, ocho delitos de abusos sexuales y uno de agresión sexual. Los indicios para procesar al inculpado se han extraído de las declaraciones de las víctimas, de un informe pericial sobre el contenido del teléfono del imputado y de extractos de conversaciones mantenidas por mensajería instantánea.

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