Día histórico el de ayer en las obras del IV Cinturó. Los operarios completaron el cale del túnel izquierdo que permitirá comunicar Olesa de Montserrat con Viladecavalls a través de la Serra d’en Ribes, bajo la atenta mirada del ministro de Fomento, Íñigo De la Serna, quien explicó que este tramo “entrará en funcionamiento en octubre de 2019”, una fecha “realista y que vamos a cumplir”, afirmó el ministro.
De la Serna fue el encargado ayer, walkie talkie en mano, de dar la orden para que se completase el cale del túnel de Olesa, la operación mediante la cual se unen las galerías que se atacan desde ambos lados de la montaña. Apenas un metro y medio separaban ya los dos extremos del túnel izquierdo, que va más avanzado que el tubo derecho.
Ésta es la infraestructura más compleja y cara del tramo Olesa de Montserrat- Viladecavalls de la B-40. La ejecución de estos 1,2 kilómetros de subterráneo suponen una inversión de 158 millones de euros, más de la mitad del presupuesto de la obra, que es de 212 millones. La intención del Ministerio es que la autovía de 6,2 kilómetros que une a estos dos municipios del Baix Llobregat y del Vallès Occidental esté operativa el 31 de octubre de 2019.
Tres carriles por sentido
Este tramo de autovía tendrá tres carriles por sentido, ampliables a un cuarto (incluidos los túneles) si aumenta la densidad del tráfico por encima de los 100 mil vehículos. La previsión actual es que circulen alrededor de 60 mil coches al día. En los túneles, que empezaron a excavarse en febrero del año pasado, han estado trabajando hasta 130 mineros por turno. Se ha trabajado 24 horas durante seis días a la semana y no se ha registrado ningún accidente de gravedad. Los túneles están conectados con cuatro galerías de evacuación: dos para vehículos y dos más peatonales.
El calendario actual contempla que en noviembre de 2018 ya esté acabado el grueso de la obra (pasos inferiores, viaductos y nudos viarios) y que puedan darse por finalizados los trabajos en la autovía en agosto del 2019, con lo que sólo faltará la señalización para poder permitir el paso de vehículos en octubre. El tramo en obras permitirá conectar con los dos ya acabados; por una lado, el trazado entre Viladecavalls y Terrassa y, en el otro extremo, el trayecto entre Abrera y Olesa.
De la Serna destacó que el cale de esta infraestructura, que calificó como “hito constructivo” sirve para “ratificar” que “la obra avanza a buen ritmo” y que “se están cumpliendo los compromisos” con Catalunya contraídos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La voluntad del Ejecutivo, dijo es, visitar con “cierta periodicidad” el territorio para examinar el cumplimiento de esos acuerdos.
El ministro confirmó que Fomento tiene intención de desarrollar el tramo entre Terrassa y Granollers, a pesar de que no hay consenso en el territorio sobre el tipo de vía que debe construirse (autovía o ronda permeable) y ni siquiera sobre la idoneidad de ejecutar la infraestructura, cuya inversión superaría los 400 millones de euros. En este momento se está redactando el estudio informativo, explicó De la Serna, quien aseguró que su intención es “buscar el máximo consenso posible”, aunque será “imposible”, dijo, “dar satisfacción a todos los municipios afectados”.
El ministro quiso dejar claro que lo que el Gobierno proyecta entre Terrassa y Granollers es “una autovía de interés general del Estado” que debe beneficiar “no sólo a los municipios que atraviesa, sino al conjunto de la población”. Insistió en que “se escuchará y atenderá en la medida de lo posible a los municipios” de la zona para adaptar el trazado y, en general, el proyecto, pero repitió que la B-40 se completará hasta Granollers. “No hay una puerta cerrada a poder incorporar mejoras en el trazado, pero tampoco existe la posibilidad de no hacer la autovía o dejarla a medias porque pueda existir oposición”, enfatizó el titular de Fomento.
El alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, que acudió junto a los primeros ediles de Abrera, Olesa y Viladecavalls al cale del túnel, pidió que se priorice la continuidad del IV Cinturó desde Terrassa hasta Sabadell, a la vista de que no hay consenso para el tramo completo hasta Granollers. “No podemos permitir que la B-40 acabe en una rotonda en Can Roca”, denunció Ballart.
Los alcaldes aseguraron que harán “presión” para “que se cumpla el calendario” de la obra ahora en marcha y denunciaron un recorte de cuatro millones en la partida presupuestaria para este año. Además, señalaron que se coordinarán para exigir las conexiones adecuadas del IV Cinturó en cada uno de los municipios, como con la A2 y la C-55 en Abrera, para que la puesta en funcionamiento de la autovía “no genere un colapso” en el interior de estas localidades.