La propuesta que presentó la actriz de Terrassa, Rosa Boladeras, hace cinco años, al Centre d’Arts Escèniques (Caet) de cerrar la programación estable de teatro con poesía va camino de morir de éxito. El Festival Elixir, nombre que toma desde su primera edición, volvió el viernes, día del espectáculo central, a demostrar que la idea artística gusta mucho y que atrae a un público muy diverso y numeroso, interesado en escuchar poesía y descubrir nuevas voces.
En esta edición, el espectáculo "La Ràtzia" -nombre que toma desde el primer día- se trasladó de nuevo y de noche al Parc de Vallparadís, al Torrent de les Bruixes, y recurrió a la ambientación de luz y color del año pasado. Una ambientación, cabe decir, muy acertada porque logra que el público quede atrapado en un espacio mágico.
Allí, en ese recóndito del parque aguardaban las poetas Montse Murillo, Antonina Canyelles y Ana Elena Pena. También debía estar Laia Noguera pero, al final, no pudo ser de modo presencial aunque sí sus textos que llegaron a través de la actriz Carol Rovira. Cada una de ellas, en su carpa, nos invitó a descubrir su mundo poético con pausa y sin prisas. Esta vez, además, acompañadas de traductora y pantalla para dar acogida a las personas con discapacidad sensorial.
Sin retórica
Empezamos la ruta con Montse Murillo, también actriz (Maribel en la popular serie "La Riera"), quien nos recitó poemas muy intimistas, uno de ellos sobre el dolor causado por la pérdida de un ser querido, su padre. Sus versos, de un poemario aún en construcción, llegaron próximos, sensibles, conmovedores… También aludió al dolor en otro poemario, en este el provocado por las guerras absurdas que no cesan.
Dejamos a Montse y fuimos en busca de Antonina Canyelles. La poeta mallorquina nos brindó una poesía también muy cercana, despojada de toda retórica. Tonina -como se la conoce- nos habló del ser humano, de la condición de ser mujer, de las cosas cotidianas. Sus versos transitaron por todos los estadios anímicos, desde la rebeldía y la valentía hasta la fragilidad más absoluta, pasando por la ternura y la ironía.
Tonina fue, sin duda, una de las voces femeninas de la catedral lírica del Elixir que arrancó más aplausos. La poeta -de quien dicen que nadie recita tan bien sus poemas como ella misma- aunó mucha imaginación y una escritura impecable. Imaginación porque nos dimos cuenta de que algo tan común como los muebles de casa, los juguetes de la infancia o un souvenir -en este caso la típica bola de nieve- recobran un protagonismo inusitado, especial; son el pretexto para hablar de todo y casi nada, para radiografiar la realidad y la ficción, para evocar el sueño, para citar un deseo y rememorar una frustración.
Dejamos la poeta de Mallorca para conocer a Ana Elena Pena, de Murcia, quien recitó poemas sobre la soledad, el amor, el desamor… Sus versos se apreciaron también desnudos de toda metáfora. Fueron realistas, directos; cargados de cinismo pero también de esperanza. Acabamos la ruta con los versos de Laia Noguera, recitados por la actriz Carol Rovira ("Susi" en "La Riera"). Sus textos ahondaron también en el ser humano y sus sentimientos.
Música, broche final
Los últimos versos se pronunciaron simultánemente llegada la medianoche. A esa hora, la música de saxo, interpretada por Alba Ruiz, sonó ya con más fuerza para anunciar un cambio de "chip".
La noche poética dio paso a la música de Hey Sisters, formación femenina que había inaugurado horas antes, a las nueve, el espectáculo en el Teatre Principal de Terrassa. En la apertura, la actriz Rosa Boladeras, directora de Elixir , agradeció el interés del público (los "elixirians" como le gusta llamarles) y su fidelidad a un festival que se ha convertido ya en un cita artística de referencia del mes de junio. También presentó a las poetas de la noche, las cuatro que invadieron Vallparadís y a Anna Gimeno, de Terrassa, que recitó antes de llegar al parque.
En esta quinta edición de "La Ràtzia" partieron desde el Teatre Principal unas seiscientas personas y ese número se fue ampliado hasta llegar a las ochocientas en el momento álgido, final de los recitales e inicio del concierto de Hay Sisters, según fuentes de la organización. El balance, pues, confirma que la propuesta novedosa de la actriz de Terrassa se ha consolidado con creces.