Pues sí, hay otras prioridades francamente más importantes que una franja horaria naturista en las piscinas públicas de la ciudad; probablemente haya otros debates bastante más importantes que el “despatarramiento” masculino en el transporte público y habrá cuestiones mucho más relevantes en torno a la mujer que el asunto de las copas menstruales. Sí, con toda seguridad hay en estas propuestas una intencionalidad de política mediática que busca la visibilidad del grupo que las promueve y puede que sea lícito cuestionar si ese tipo de iniciativas son las que se deben llevar a cabo en la alta política o en la política de proximidad.
En cualquier caso, de lo que no cabe ningún duda es que sin la denuncia de la CUP no hubiésemos reflexionado sobre el denominado “manspreding” por entenderlo como algo natural e inofensivo. Desde la sala de plenos de Terrassa, el “manspreding” ha encontrado un hueco en todos los medios de comunicación catalanes y estatales. Ahora, al menos una parte de la población masculina intentará mantener las formas en los asientos del transporte público sin posturas invasivas. De la misma forma, muchas mujeres han conocidos sistemas de higiene íntima alternativa, al margen de que se haya conseguido o no introducir en las aulas formación al respecto.
El nudismo es otra de las cuestiones que ha encontrado eco mediático. La CUP propuso una franja horaria para practicar el nudismo en las piscinas municipales. Finalmente, el acuerdo con los responsables municipales consiste en que un día antes de la temporada y un día después los amantes del nudismo puedan utilizar una piscina de la ciudad.
La reflexión de la CUP va más allá de la pura obtención del acuerdo. De hecho, conociendo su radicalidad, no deben estar muy satisfechos, puesto que su proyecto era mucho más ambicioso, pero sacrifican la cantidad por la calidad y consienten en un pacto de mínimos porque entienden que será la forma de que el debate sobre ese asunto esté en la calle, para bien o para mal, para encontrar apoyos o para ser denostado. En cualquier caso, el nudismo está en las piscinas municipales, para hablar del cuerpo, de moralidad, de sexualización, de salud, de higiene, de imposiciones, de autoestima y, por supuesto, que se hable de la CUP aplicando aquel viejo aforismo del “que se hable de nosotros, aunque sea bien”.