El Centre Excursionista de Terrassa (CET) es una entidad centenaria y de gran arraigo en la ciudad. Prueba de ello es su volumen de actividades relacionadas con la naturaleza y la montaña que sigue, con fuerte implicación, una masa social diversa. Un dato corrobora su peso: 1.750 socios en activo. Una cifra, pues, nada desdeñable que certifica la buena salud de la entidad egarense.
Con todo, la presidenta de la entidad, Eva Cervelló, cree que el CET se conoce poco fuera de su ámbito y que por ese motivo se hace necesario salir de su entorno; dejar por unas horas la sede, en la calle de Sant Llorenç, y mudarse al aire libre, a un espacio céntrico, como la Plaça Vella, para dar a conocer su trabajo y captar en la medida de lo posible más socios.
Emprendió esta iniciativa en 2010, con la celebración de su siglo de vida, y fue un éxito total. Pero no se conformó. La entidad consideró que sería bueno repetir la experiencia de modo periódico. El año pasado decidió volver a esa plaza con la Festa de la Primavera y en este ha hecho lo propio con la Festa de la Muntanya y enmarcada en la Setmana del Medi Ambient.
Para todos los públicos
La Festa de la Muntanya, que se celebró el sábado, desplegó carpas para proyectar sus secciones y promovió actividades para todos los públicos. El CET quiso también que su programa tuviera una vertiente solidaria y estuvo acompañado por Terrassa sense Murs que trabaja a favor de las personas imigrantes y refugiadas.
La fiesta fue un ir y devenir de público, sobre todo muy familiar atraído por los actos más lúdicos. Entre las propuestas que despertaron más atención y colas hubo el rocódromo instalado en el centro de la Plaça Vella. Los hermanos Eduard y Martí Pujol, de 12 y 8 años de edad, aguardaban la subida con gran expectación. “Es una actividad muy chula porque cuando estás arriba te parece que puedes tocar el cielo”, expresaron. Martí, además, se mostró atrevido. “Una vez subí con los ojos cerrados. Las sensaciones que tienes aún son mejores”. Detrás, Nikita, de 12 años, contó que “es mi primera vez pero estoy muy ilusionado. Creo que lo me pasaré muy bien”. Su padre, David, que había realizado escalada, dijo que “subir montañas te proporciona mucha libertad”.
La Festa de la Muntanya arrancó en una cercavila con el Drac de Terrassa y un espectáculo infantil amenizado por Miqui Giménez y juegos infantiles de toda la vida. Tras un descanso para la comida, el programa se reanudó con talleres, una sesión de danzas populares con Treure Ball al ritmo de la música de Omenala y una actuación de música étnica africana.
Acompañando al CET estuvo Terrassa sense Murs. La entidad solidaria organizó una sesión de cuentacuentos, la mayoría de los cuales tenían como hilo conductor la diversidad y los derechos humanos. Terrassa sense Murs aportó también una exposición fotográfica sobre el drama de los refugiados realizada por Riki Mune, de Manlleu. El CET, por otra parte, subió a La Mola el domingo para celebrar la Festa de Sant Bernat de Menthon, patrón de los excursionistas.