Desde que en agosto de 1992 conquistaron la medalla de oro del torneo femenino de hockey en los Juegos Olímpicos disputados en Terrassa, las componentes de la selección española no se habían vuelto a reunir al completo. Habían tenido algún encuentro conmemorativo en el pasado, pero nunca con la participación de las 16 jugadoras del equipo campeón olímpico y el cuerpo técnico al completo. Por eso, el acto celebrado en Terrassa el sábado, eje central de la conmemoración del 25 aniversario de la subsede olímpica, resultó tan especial para todas. Se alojaron en el Hotel Don Cándido, su casa durante muchos meses previos a la competición olímpica, disfrutaron de muchas horas de convivencia y de recuerdos, se fotografiaron en el Camp Olimpic, allí donde 12.000 personas las aclamaron en una jornada inolvidable tras ganar a Alemania por 2 a 1 en la prórroga de una final histórica, e incluso se cerraron algunas heridas que permanecían abiertas.
Un equipo con personalidad
La selección femenina se convirtió en la gran atracción de la jornada, por el impacto que tuvo aquel equipo en la sociedad española y terrassense, aunque el reconocimiento y el homenaje se extendió a todo el deporte local que en los Juegos Olímpicos de 1992 brilló de forma muy especial. La selección masculina, que contó en 1992 con 12 jugadores locales, fue otro de los polos de atención en el recién bautizado Estadi Municipal de Hockey Martí Colomer, nuevo templo consagrado a una de las personas de mayor influencia en la historia del hockey local y cuyo papel en el éxito de los Juegos Olímpicos en Terrassa fue determinante como director adjunto de la subsede.
El homenaje a la selección española femenina de hockey campeona olímpica de 1992 se efectuó en la tarde del sábado. La jornada se inició con la disputa de unos partidos con participación de equipos que compiten en la Liga BBVA Hockey Plus y, además de los homenajes a las selecciones olímpicas, se completó con la disputa de dos encuentros internacionales.
Pero gran parte de la atención estuvo centrada en esa selección femenina que en 1992 sorprendió al mundo colgándose una medalla de oro en la que sólo ellas creían. Una medalla que premió un largo proceso de preparación a través del cual el seleccionador, José Manuel Brasa, construyó su auténtica obra maestra. Una a una las jugadoras fueron saliendo al terreno de juego, aclamadas por el numeroso público que acudió a la cita: Anna Maiques. Núria Olivé, Cèlia Corres, Mariví González Laguillo, Natalia Dorado, Virginia Ramírez, Mari Carmen Barea, Silvia Manrique, Nagore Gabellanes, Maria Ángeles Rodríguez, Sonia Barrio, Elisabeth Maragall, Teresa Motos, Maider Tellería, Mercedes Coghen y Maribel Martínez. Y con ellas, aquel cuerpo técnico que implantó una metodología de trabajo adelantada a su tiempo: José Manuel Brasa, David Pérez, Esteban Gorostiaga, José Antonio Gil, Gino Ullés, Joan Santín y Pablo Galán.
Felicidad completa
“Ha sido una jornada muy bonita”, significó José Manuel Brasa. “Todas las jugadoras siguen con el mismo espíritu que entonces. Lo mejor de este equipo es su unión y que se lo pasaban muy bien.” El ex seleccionador femenino habló de aquella medalla de oro olímpica. “Abrimos un camino a través del cual la selección femenina de hockey es respetada. El nivel sigue siendo bueno y en cualquier momento pueden darnos una medalla. Aquel fue un éxito grandísimo, pero pienso que se puede repetir en el futuro.”
Brasa también agradeció a la ciudad un acto de estas características: “Terrassa tiene buena memoria”, dijo. Estos actos conmemorativos, además, han servido para normalizar la relación del ex seleccionador con Terrassa, afectada por la polémica que se produjo en 1992 cuando Brasa no alineó en ningún partido a a la jugadora local Cèlia Corres. “Yo siempre he estado muy bien en Terrassa. Todo aquello ya pasó y ahora la relación está muchísimo mejor.”
Cèlia Corres también destacó el buen ambiente vivido. “Hemos recuperado recuerdos, revivido batallitas y hemos disfrutado mucho. Ha sido una gran iniciativa que Terrassa haya recordado aquel éxito. Y que haya venido todo el equipo es un gran éxito.”
Los libros de la historia olímpica se detienen en el gol que dio a España la medalla de oro, conseguido por Eli Maragall en la prórroga de la final contra Alemania. Pero pocos reparan en Mari Carmen Barea, la jugadora que anotó el primer gol de aquella recordada final. “Es lógico. El gol de Eli Maragall fue el de la victoria, el definitivo”, señala Mar Carmen Barea. “Pero yo estoy muy feliz de haber marcado en una final olímpica”.