Bicicletas y chaquetas inteligentes que mejoran la seguridad de los ciclistas, drones que miden la contaminación o museos holográficos son algunas de las ideas que pueden verse desde hoy en la séptima edición de la Feria de los Inventos que celebra la Universitat Politècnica de València.
Cada dos años se celebra esta iniciativa que, bajo el título “Repensat i fet” (Repensado y hecho), ofrece la posibilidad de conocer el trabajo de los investigadores y alumnos de la UPV en ámbitos como la aeronáutica, la automoción, las nuevas aplicaciones para dispositivos móviles, la construcción, las tecnologías para la salud y la agroalimentación.
La Feria también abre sus puertas a los futuros investigadores mostrando proyectos ganadores del concurso Pequeños Grandes Inventos 2017, en el que participan alumnos de ESO, bachillerato y ciclos formativos.
Uno de estos proyectos es “MaIOT”, presentado por alumnos del colegio Salesianos Juan XXIII de Alcoi (Alicante), una chaqueta inteligente en la que las indicaciones que el ciclista hace con el brazo y que señalan cambios de dirección son transformadas en señales luminosas en su espalda para facilitar ser visto por el resto de usuarios de la vía y evitar accidentes.
El sistema, además, incorpora distintos sensores que permiten conocer en tiempo real (a través del dispositivo móvil) distintas condiciones ambientales como posición, velocidad y detección de caídas con aviso a emergencias.
Mejorar la seguridad del ciclista es también el objetivo de una bicicleta instrumentalizada creada por Javier Camacho y Griselda López, del grupo de investigación en ingeniería de carreteras del Instituto de Transporte y Territorio de la UPV, con el objetivo de registrar de qué forma se produce la interacción entre los vehículos motorizados y las bicicletas.
Para ello, han incorporado en la bicicleta dos videocámaras de alta resolución dotadas con sistemas de posicionamientos GPS que son capaces de medir cómo de producen los adelantamientos y las maniobras de seguimiento en carreteras convencionales.
“Somos capaces de ver el tiempo que están los vehículos detrás intentando adelantar y a qué velocidad y distancia se produce dicho adelantamiento”, asegura a EFE Camacho, que añade que el ciclista también es capaz, con un pulsador, de registrar su nivel subjetivo de riesgo de esa maniobra.