El taxi en Terrassa no hizo ayer un parón general con motivo de la jornada de huelga convocada por las organizaciones más representativas del sector para protestar contra la "competencia desleal" que suponen las nuevas plataformas de móvil de alquiler de vehículo con conductor. En la ciudad, las dos cooperativas comparten las reivindicaciones, pero también son partidarias de dar servicio a los clientes con más necesidades de desplazamiento. Eso sí, con una consigna clara: no cubrir desplazamientos a Barcelona y, menos, al aeropuerto. El servicio, y no todo, estaba garantizado en el interior del municipio.
Francesc Palmero, presidente de Teletaxi Egara, explicó ayer que la cooperativa, la más numerosa de la ciudad, se adhirió a la protesta y que "comparte" las reivindicaciones, pero que se establecieron unos servicios mínimos del 25% "para no hacer daño a nuestra clientela". No se cubría todo lo que llegaba y no se ofrecían desplazamientos hasta Barcelona, sino solamente por el interior de la ciudad.
Los servicios que se atendieron ayer, comentó, eran, principalmente, los que implicaban a personas mayores (que son una parte muy significativa de la clientela del taxi en la ciudad), a aquellas con problemas de movilidad o a quienes tenían que acudir o volver de algún centro sanitario de Terrassa.
En Nou Taxi Terrassa, la idea sobre la huelga era similar. Se estaba "trabajando para atender la demanda con más necesidades y sólo en Terrassa". En el caso de esta cooperativa, el 50% de la flota, aproximadamente, estaba operativa ya que de los seis taxis con los que cuentan, dos están adaptados para poder llevar a personas con movilidad reducida, que es precisamente el tipo de cliente al que querían asegurar el servicio.
En Teletaxi Egara quisieron estar presentes en la concentración que se desarrolló ayer por las calles de Madrid para protestar contra plataformas de transporte alternativas como Uber y Cabify.
Seis representantes en Madrid
De los algo más de 80 taxistas que pertenecen a la cooperativa, seis acudieron a la manifestación. El sector está en contra del distinto trato legal y fiscal que reciben estas empresas. "Se supone que son plataformas colaborativas, pero son empresas multinacionales que explotan a sus trabajadores y todo el dinero que ganan se va fuera de España. Aquí no pagan nada de impuestos", se queja Palmero. El servicio de taxi, en cambio, está regulado por ley con unas tarifas e impuestos "que todos debemos cumplir". Esta situación de "desigualdad" es a la que quieren que el Gobierno ponga freno.
Dentro de esta guerra, una de las batallas más duras está siendo la que tiene que ver con las licencias. Palmero se queja de que Uber y Cabify quieren expandirse en España a través de la obtención de licencias de VTC (licencias de vehículo con conductor), que cuestan tres veces menos que las de taxi. El taxista pide que se cumpla la ley del transporte, que establece que debería haber una licencia de VTC por cada 30 de taxi.
