El fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, ha dicho que no tiene apego al cargo, que si percibe que su permanencia en el mismo perjudica a la institución lo dejaría y que tiene pendiente una conversación, entre hoy y mañana, con el fiscal general del Estado, José Manuel Maza.
Moix ha realizado hoy estas manifestaciones en Onda Cero al ser preguntado por la sociedad que tiene junto a sus tres hermanos en Panamá heredada de sus padres.
Ha asegurado que cuando Maza le ofreció la Jefatura de la Fiscalía Anticorrupción no le informó de la participación que tiene en dicha sociedad porque no le vio ninguna relevancia al ser “una herencia, al estar todo declarado y legalizado y no tener ningún tipo de incompatibilidad para el ejercicio de la función”.
No obstante, al ver la relevancia mediática y política que ha tenido la noticia ha reconocido: “Es indudable que calculé mal”.
Sobre su continuidad en su puesto ha dicho: “Yo me he hecho muchas reflexiones pero no tengo ningún apego al cargo; no estoy aquí para estar cueste lo que cueste y valga lo que valga, e igual que me han puesto me pueden quitar”.
“Entonces, no tengo ningún interés en mantener una situación si realmente se considera que yo no soy el más idóneo; no hay ningún problema”, ha apostillado.
Ha recalcado que si percibe que su permanencia perjudica a la institución se apartaría sin duda, pero ha matizado que no se lo ha planteado porque tiene “una conversación pendiente con el fiscal general del Estado esta noche o mañana”.
“Pero yo no tengo ningún apego al cargo y cualquier solución me parece razonable”, ha insistido.
Sobre si es estético que el fiscal jefe Anticorrupción tenga una participación en una sociedad “off-shore” en Panamá ha comentado que “la estética es un concepto absolutamente subjetivo”.
“Evidentemente se puede entender que estéticamente eso no es correcto pero lo que hay que valorar es si eso influye en el ejercicio de la función objetivamente hablando”, ha dicho.
Ha aclarado que en realidad heredó una casa -un chalé en Collado Villalba (Madrid) valorado en 550.000 euros- adscrita a una sociedad, y ha explicado que no pudieron disolverla por cuestiones económicas ya que al tener un patrimonio, la casa, había que pagar unos impuestos todo lo cual suponía unos costes de unos 90.000 euros.
También ha sido preguntado por el hecho de que en dicha sociedad, Duchese Financial Overseas, figure como tesorera una mujer de 93 años.
“Simplemente heredo una cuarta parte de esa sociedad porque es lo que tenía mi padre. Sus componentes e integrantes no sé ni quiénes son ni lo he sabido nunca”, ha asegurado.
Y ha agregado: “Eso lo llevan mis asesores jurídicos, yo ahí no entro ni salgo; yo he pagado mis impuestos que es lo que tenía que hacer y los sigo pagando, y declaro la sociedad que es lo que tenía que hacer”.
Moix ha asegurado que se enteró de que la casa estaba a nombre de esa sociedad cuando falleció su padre en 2012 al tener que pagar una serie de impuestos y ha indicado que pensaba que estaba a su nombre.
“Es una vivienda que no era nuestra, sino de mi padre; vivían mis padres, nosotros no vivíamos allí”.
Respecto a si la intención era ocultar la propiedad de la casa ha indicado: “Yo respondo de los actos que he realizado. Lo que haya hecho mi padre o haya dejado de hacer no le puedo responder porque entonces serían conjeturas. No tengo ningún conocimiento de lo que hizo”.