Terrassa

El gobierno local recula y no aplicará los turnos de 12 horas seguidas a la policía

Marcha atrás. El momento álgido, caliente, del litigio de negociación entre el Ayuntamiento y la plantilla de la Policía Municipal, a causa de la propuesta de la dirección de ampliar la jornada de los fines de semana a doce horas, ha durado unos pocos días. El gobierno local ha reculado después de la rebelión interna que cristalizó la semana pasada en una asamblea con un resultado abrumador por su unanimidad: los agentes dijeron "no" a la medida. Y justo una semana después fue convocada otra asamblea de aire contrario: los trabajadores dijeron "sí" por mayoría a una suerte de preacuerdo que descartaba la jornada de doce horas.

Así las cosas, medió una semana justa entre una asamblea candente, de ánimos irritados, y otra de tensión rebajada porque ya se sabía que la administración habíacambiado su postura. Cierto es que la medida no era definitiva, pues el convenio municipal está en proceso de negociación y ese escollo se había planteado justo en esta fase, pero el Ayuntamiento había dejado claro que la proposición de las doce horas era idónea "para ofrecer mejor servicio" a la ciudadanía.

La cobertura de seguridad en los fines de semana no es siempre la adecuada en cuanto a número de efectivos porque, según los sindicatos, la plantilla (con 219 efectivos) adolece de carencias de personal desde hace años. La proporción de agentes locales por habitante es en Terrassa de 1,02 por mil, mientras que en Badalona es de 1,29 y en Barcelona, de 1,82. La Unión Europea considera la ratio ideal de 1,7 por mil. Y los agentes no tenían por qué cargar sobre sus espaldas esos déficits estructurales y ver reducidos sus derechos laborales, añadían los representantes de los trabajadores.

Alfredo Vega, teniente de alcalde de Servicios Generales, consideraba "buena" la decisión de la dirección y defendía que no mermaba ningún derecho, pues los policías se beneficiarían de días de fiesta a modo de compensación. Los sindicatos calificaban la medida de indigna, afirmaban que los ciudadanos se verían perjudicados porque un policía no puede responder de manera óptima en determinados supuestos con más de ocho horas de carga de trabajo y planteaban horarios alternativos.

Posturas próximas
Y parece que las alternativas han cuajado. Al menos, las dos partes han acercado posturas y las protestas en la calle que los policías estaban dispuestos a emprender han quedado suspendidas. La primera, la presencia en el pleno municipal del pasado jueves. Hay flecos, pero lo más probable es que las carencias en sábados y domingos se intenten paliar incorporando al trabajo de fin de semana a toda la plantilla, incluidos los agentes que ahora trabajan sólo de lunes a viernes, unos setenta; los de distrito, por ejemplo, quienes, por supuesto, se han visto perjudicados por esta posibilidad. Además, se estudia crear una bolsa de horas de empleo voluntario para reforzar los servicios en actos y acontecimientos periódicos, como la Festa Major o la Fira Modernista. La contraprestación está por perfilar.

Los turnos de doce horas, pues, han sido descartados por el Consistorio. "Hace dos semanas esa medida estaba asumida por la dirección y cualquier otra opción parecía inviable. Empezaron las protestas y la decisión ha quedado aparcada", dice Óscar Salmerón, portavoz de la plataforma de policías participante en la negociación. Todos los sindicatos, tanto el mayoritario, el Sindicato de Funcionarios y Policías (SFP), como CCOO, UGT y SALT, estaban unidos en la negativa a las doce horas y lo están en esta nueva fase, más calma, de las negociaciones.

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