El Aeropuerto de Barcelona-El Prat contará con 144 agentes extra de la Policía Nacional antes del inicio de la temporada de verano, así como 80 nuevos aparatos verificadores -50 manuales y 30 automáticos, los llamados ABC-, para evitar las colas en el control de pasajeros.
Lo ha anunciado el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, tras reunirse en El Prat con los consellers de Territorio y Empresa, Josep Rull y Jordi Baiget; con la directora del aeropuerto, Sonia Corrochano; y el teniente de alcalde de Empresa, Cultura e innovación del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, entre otros.
El encuentro, en el que han coincidido por primera vez el Gobierno y la Generalitat para abordar la situación de El Prat, ha servido también para fijar los estándares de calidad que se deberán seguir a partir de ahora en los controles de pasajeros: entre 20 y 30 minutos de espera para las salidas y entre 40 y 45 minutos para las llegadas.
El objetivo es que estos plazos ya se puedan alcanzar en el pico de pasajeros del próximo domingo, cuando el aeropuerto barcelonés ya dispondrá de una veintena de los nuevos verificadores manuales -diez llegaron ayer-, así como de 44 agentes, 30 nuevos y 14 derivados de otros servicios en la provincia.
“Aquí tendremos una prueba de fuego”, ha avisado Rull, que ha lamentado que estas medidas no se tomaran antes, a lo que Millo ha respondido que sí que hubo una previsión, aunque el conseller la desconociera, pero que las circunstancias finales sobrepasaron lo imaginado.
En las próximas semanas, antes de que llegue la temporada estival y el incremento de tráfico aéreo correspondiente, se sumarán un centenar de agentes que requieren formación previa y se incorporarán la treintena de verificadores manuales que restan.
Estas medidas se acompañarán con la creación de los “chaquetas verde”: un grupo de trabajadores civiles que ayudarán a los pasajeros a utilizar los verificadores ABC, actualmente infrautilizados.
Por su parte, el teniente de alcalde de Empresa, Cultura e Innovación, Jaume Collboni, ha sostenido que la solución “parece que está al alcance de la mano” y ha aplaudido la sintonía entre las diferentes administraciones, que a partir de ahora se reunirán de forma semanal para hacer un seguimiento técnico de las actuaciones que se desarrollarán, tal y como pidió la semana pasada el Govern.
“Creo que ha sido una reunión muy positiva con un tono muy positivo”, ha recalcado Millo tras el encuentro, que ha durado un poco más de media hora.
El origen de los episodios de colas es el endurecimiento de la normativa de control de fronteras de la Unión Europea (UE) que se aprobó el pasado 7 de abril, y que el Gobierno decidió aplicar de inmediato.
Esta intensificación de los controles implica que se debe comprobar la documentación de todos los pasajeros, uno por uno, sea cual sea su destino, y esto ralentiza el proceso.
Con el puente de mayo llegó el primer pico de pasajeros y con él las primeras colas, que en las semanas que siguieron se repitieron con las diferentes puntas de tráfico aéreo, sobre todo los domingos, cuando el tiempo de espera llegó a superar las tres horas en alguna ocasión.
Después de los primeros incidentes, el Ejecutivo destinó 40 agentes extra de la Policía Nacional al Prat, la mayor parte de los cuales procedentes de la comisaría de Cornellà de Llobregat (Barcelona), pero al cabo de poco se vio que esta medida era insuficiente, por lo que se puso en marcha un “plan de choque” que ahora se está materializando.