Con una audiencia de más de trescientas personas, el acto central de la primera edición del Ritme & Soul se saldó con un éxito incontestable. Heredero del Diegoestival, festival que durante un lustro se ocupó de la doble función de reivindicar la música negra en sus múltiples vertientes y de recuperar la perdida pista de Diego -gurú musical del colectivo Soulsystem-, el Ritme & Soul ha sabido aprovechar lo ya construido para comenzar a caminar como un festival de referencia y de prestigio.
Sino que se le pregunten a los espectadores, probablemente casi todos ellos avezados en la escucha de los ritmos más negros del espectro musical, y algunos llegados de fuera de Terrassa (en una cifra difícil de precisar) que acudieron dispuestos a escuchar y, sobre todo a bailar, los ritmos de tres bandas con estilos bien diferenciados
La Nova Jazz Cava fue, el sábado, su lugar de encuentro, ante un cartel que prometía y que no defraudó. Probablemente el cantante de The Slingshots lo definió de la mejor manera posible: “Es el mejor cartel en el que hemos estado.”
La velada la abrió el grupo The Limboos -madrileños de adopción-, apenas diez minutos después de la hora de inicio anunciada, con un directo de inconfundible y refrescante sabor retro que mantuvo casi todo el tiempo ocupados los pies del respetable. Con influencias del rhythm & blues de los 50 y de los orígenes del ska, y con un directo en el que la frescura de las percusiones (con una espléndida intérprete femenina a la batería, de atractivo y referencial look), el sonido evocador del órgano y la personalidad del saxo barítono dotaron de un sonido envolvente y, en ocasiones, exótico a la que es probablemente una de las mejores representantes de su género en nuestro país.
The Limboos no sólo cautivaron por su sonido, sino también por su elegancia, por el respeto con el que se sumergen en sus ritmos de referencia y por su particular sentido del humor, sutil pero efectivo.
Tomaron el relevo los barceloneses The Slingshots, dispuestos a superar con su funk y soul la respuesta del público, y de hecho la velada fue a partir de entonces una progresión. Ninguna de las tres bandas cumplió con el horario establecido, alargando sus actuaciones, señal de lo a gusto que se encontraron unos y otros encima y debajo del escenario: las bandas dándolo todo, y el público dejándose contagiar y bailando casi sin respiro.
Ambiente caldeado
Los Slingshots dejaron el ambiente lo suficientemente caldeado y a punto para que Soweto, directamente, ofreciera un directo incendiario. Fue el final de fiesta para una velada que se prolongó hasta las tres de la madrugada, una actuación sobre las que los propios Soweto confesaron en su facebook: “Una noche que, lo decimos de todo corazón, tardaremos mucho en olvidar.”
El resultado fue positivo para los grupos y también para una organización más que satisfecha por el resultado, y que ya está pensando en la próxima edición. Puede que el año que viene se ponga el listón aún más alto, tal como confiesa Xavi Freixa -presidente de Soulsystem DJ’s-, y se incorpore al cartel alguna banda internacional. Todo dependerá de un presupuesto que, por el momento, agrupa un capital cien por cien privado, sin subvenciones ni ayudas ni patrocinios.
Lo que es seguro es que el colectivo de agitadores culturales egarense seguirá trabajando en el proyecto de organizar, al menos, una gran fiesta anual que siga siendo un referente de la música negra en directo en Terrassa, y por qué no, en toda la comarca.