"La única forma de parar los recortes es echando a este Gobierno", dijo ayer Francesc Capellas. Este joven de Sabadell intervino como representante de Les Marxes de la Dignitat en el Vallès Occidental en el acto de presentación de esta masiva movilización que quiere llevar a cientos de miles de personas a Madrid el próximo 27 de mayo. El lema: "pan, trabajo, techo e igualdad". Arcadi Oliveres, economista, clamó por el reparto del trabajo y contra lo que llamó, sin rubor, "bancos delincuentes".
Decenas de personas se reunieron ayer en el centro cívico President Macià para participar en la presentación de la iniciativa, perentoria para derribar al Gobierno del PP, según Capellas. Y para, recuperando el poder en la calle, revertir "la situación de emergencia" que persiste, para impedir desahucios, para dignificar los sueldos de miseria que proliferan. Elecciones tras elecciones, "el Gobierno, sigue, el PP sigue y siguen los recortes", denunció Capellas antes de subrayar que eso del final de la crisis se lo creerán algunos. "Nosotros no lo notamos", exclamó. El débil Gobierno del PP "se sostiene por el apoyo incondicional del PSOE", señaló. Y llamó a participar en la marcha del 27 de mayo, recordando "los dos millones de personas que asistieron a las marchas del 2014". El Gobierno es del PP, "pero no popular, no nuestro".
Hubo en el acto miembros de "mareas" diversas, de la comunidad educativa, de entidades de jubilados en defensa de las pensiones públicos. Y estuvo Arcadi Oliveres, verbo incandescente, que pidió no llamarse a engaño sobre el supuesto final de la crisis. Si el paro ha bajado algo, dijo, ha sido a cambio de contratos precarios y un número en aumento de personas "con salarios miserables". ¿Aumenta el PIB? Puede ser, "pero no nos dicen cómo se distribuye". Oliveres apuntó que la causa principal de la crisis fue "la especulación" y, de momento, "nadie ha hecho nada para frenarla".
Retorno a la esclavitud
Uno de los directivos de Lehman Brothers, la compañía que quebró en el 2008, arrastrando a medio mundo detrás, "era el actual ministro Luis de Guindos". O sea que, según Oliveres, hay un pirómano para apagar el fuego. El economista, que calificó de "bancos delincuentes" a las dos grandes entidades financieras de España y repartió mandobles contra IKEA y Apple, demandó repartir el trabajo "para trabajar todos"; y pidió sindicatos internacionales capaces de enfrentarse a las patronales, un aumento de impuestos como el de patrimonio y el de artículos de lujo y una lucha contra el fraude fiscal. Los ingresos de ese combate servirían para subir las pensiones, dijo.
Nos esconden la precariedad, "se invisibilizan los contratos salvajes", denunció el abogado y activista Joan Tamayo. "Estamos volviendo a la esclavitud", añadió.