La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha aprobado hoy en su V Asamblea General actualizar su hoja de ruta soberanista para prever la posibilidad de una proclamación unilateral de independencia si el Estado impide de forma “represiva” la celebración del referéndum.
Unos 2.500 afiliados han participado en el Palacio de Deportes de Granollers en las votaciones finales de los diversos documentos que han sido elaborados previamente por el secretariado nacional de la ANC, entre los cuales figuraba precisamente el de actualización de su hoja de ruta soberanista.
Al contrario de lo sucedido en la anterior asamblea general, en esta ocasión en las votaciones no se han evidenciado discrepancias internas y la casi unanimidad ha sido la tónica dominante: tanto al aprobar los informes de gestión, el código ético y la adaptación de la hoja de ruta.
A la llegada del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ambos como invitados, han sido recibidos con una gran ovación por los militantes de la ANC y al grito de “independencia”.
También han sido aplaudidos los exconsellers del anterior gobierno de la Generalitat Francesc Homs, Joana Ortega e Irene Rigau, todos ellos inhabilitados en sentencia judicial por haber organizado la consulta del 9N.
La hoja de ruta, en concreto, ha sido refrendada por 2.355 votos a favor, 4 en contra y 11 abstenciones.
Entre las novedades que introduce la actualización de la hoja de ruta destaca la propuesta de crear “un órgano de coordinación nacional” formado por partidos, entidades e instituciones que garantice “la unidad de acción” en los momentos álgidos del proceso, y que pase por encima de las discrepancias partidistas.
La hoja de ruta adaptada prevé tres escenarios distintos para “culminar” el proceso independentista en función de los posibles acontecimientos que se produzcan.
El primero de ellos es que, después de ser aprobadas las leyes de “desconexión” con el Estado, se celebre el referéndum “con una pregunta única, clara y de respuesta binaria”, y en este sentido, la ANC sugiere un redactado concreto: “¿Quiere que Cataluña sea una República independiente?”.
La ANC recomienda, asimismo, que tal y como indica la Comisión de Venecia del Consejo de Europa, no sea fijado un mínimo de participación en el referéndum para evitar un posible boicot por parte de los partidos que defiendan una determinada opción.
Otro escenario dibujado es que se produzcan “injerencias” del Gobierno central que dificulten, no sólo el referéndum, sino incluso la aprobación de las leyes de desconexión, y en este supuesto la ANC aboga por la movilización de la ciudadanía, y también por activar la Asamblea de Electos de Cataluña (AECAT).
La AECAT, indica la hoja de ruta, asumiría la máxima representación del pueblo catalán de forma “legítima, soberana e institucional de Cataluña”, especialmente si las instituciones catalanas como el Parlament quedaran suspendidas por parte del Estado.
El tercer escenario es que tenga lugar una “respuesta represiva” o “coercitiva” por parte del Estado después de ser aprobadas las leyes de desconexión que impida el referéndum, y en este caso, la ANC aboga por una proclamación unilateral de la independencia ya sea por parte del Parlament o por la AECAT.
En consecuencia, la ANC prevé dos vías para poder declarar la independencia, la primera es que gane el sí en un eventual referéndum y la nueva república sea proclamada de forma “inmediata”, y la segunda es que el referendo no pueda realizarse y entonces la proclamación tenga lugar a través del Parlament o la AECAT.