La edición número 40 del Ral.li de Motos Històriques organizado por la escudería MATHC del Atlètic Terrassa constituyó un éxito en todas sus vertientes. Participaron 69 pilotos en una edición muy especial por su significado y la calidad de las máquinas participantes confirmó a esta prueba como la más importante del calendario nacional. Los inscritos hicieron frente a un recorrido de 75 kilómetros que discurrió por al parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, con salida en las instalaciones del Atlètic Terrassa en Can Salas y llegada al centro de Matadepera.
En el ámbito clasificatorio, el triunfo en la categoría Preguerra con el Trofeo Kronos correspondió a Eduardo Pablo Saganta, con una Nimbus 750 de 1936. En el capítulo de Postguerra, el Trofeo Kronos al ganador absoluto correspondió a Bernat Carceller, con una Montesa King Escorpion de 1974.
También se entregaron premios en distintas categorías. El correspondiente a la moto más antigua fue para Josep Maria Piera con una Indian Scout de 1925. El premio a la restauración en la categoría Preguerra fue para Joan Merlos con una Norton 500T de 1937, mientras que en el apartado de restauración de clásicas el ganador fue Josep Maria Simó con una MV Augusta-D del año 1965. El premio a la participante femenina mejor clasificada fue para Zarila Meftah, con una Derbi 74 de 1961.
Asimismo, los organizadores entregaron unos trofeos a los pilotos con más participaciones en los 40 años de historia de esta prueba de motos históricas. Fueron distinguidos en este apartado los pilotos Jaume Ortiz, Francesc Roure y Elvira Porqueres.
Los aficionados que acudieron a las instalaciones del Atlètic y después a la concentración final en Matadepera pudieron ver de cerca auténticas piezas de museo que compitieron en un tramo de regularidad cronometrado de 34 kilómetros. El circuito discurrió por los términos municipales de Terrassa, Matadepera, Mura, Talamanca y Navarcles.
Características
El promedio dispuesto por los organizadores este año en el tramo de regularidad fue de 40 kilómetros por hora. La organización dispuso de un equipo de cronometraje en distintos puntos del recorrido. La salida se tomó desde Can Salas con destino a Matadepera, discurriendo por el centro de la población para iniciar una subida de 12 kilómetros hasta Coll d’Estenalles. Tras este importante desnivel, los pilotos pasaron por un tramo de curvas cerradas a derecha e izquierda para llegar a Navarcles, donde acababa el tramo de regularidad. En esta población, la entidad Amics del Motor ofrece cada año a los participantes un desayuno.
De vuelta, los pilotos regresaron en dirección a Talamanca y Mura, tomando dirección hacia Coll d’Estenalles para acabar en Matadepera donde se realizó la entrega de premios.
Uno de los aspectos destacados de la edición de este año fue el notable aumento registrado en la participación femenina, con un papel relevante en la cronometrada.