La concejalía de Servicios Sociales cree que este año podrá empezar a poner las bases para una nueva etapa en el modelo de atención a los usuarios. Los signos de recuperación económica (aunque lentos) y una mayor disponibilidad presupuestaria deben permitir al servicio volver a dar alas a los programas de inclusión social basados en la prevención y el trabajo comunitario y reorganizar la atención de la emergencia social.
Las consecuencias de la crisis siguen muy presentes, explica la directora del área de Servicios a las Personas, Montserrat Martínez, pero la concejalía quiere abordar una reorganización del trabajo que facilite, por un lado, atender el gran número de trámites que siguen teniendo que hacer para gestionar ayudas sociales a miles de egarenses, pero que también les permita recuperar el verdadero objetivo de su trabajo: la prevención y mejora de la situación social de las familias.
Martínez explica que durante los últimos años, la persistencia de la crisis les ha obligado a centrar todos los esfuerzos y recursos en las ayudas de emergencia, relegando a un segundo o tercer plano los programas de prevención. Ahora, la situación económica global y del propio Ayuntamiento permite empezar a virar esta dinámica.
"Venimos de años de un aumento continuado en el presupuesto de servicios Sociales, pero ahora empezamos a poder incrementar otros servicios que también favorecen la inclusión. Hasta ahora, no podíamos, precisamente teníamos que reducir esas partidas", explica Martínez.
Las políticas de vivienda y los servicios sociales, prosigue la directora del área, continúan "focalizando los recursos" del departamento porque "sigue habiendo una situación de emergencia social", pero este año podrán girar ligeramente el foco hacia iniciativas que habían estado relegadas. "Es importante no dejar de lado otros servicios porque la inclusión social también se trabaja desde el distrito joven o desde la oficina de igualdad", señala. Una de las herramientas que mejor resultados dan en cuanto a la prevención de la exclusión, explica, son los proyectos comunitarios, como el que desarrollan en Ca n’Anglada en torno a huertos urbanos, o las sesiones grupales para abordar aspectos vinculados a la vivienda o la gestión de la economía familiar.
La atención social básica seguirá siendo prioritaria porque como admite Martínez, sigue aumentando la demanda. "La leve recuperación económica no llega a todos. El grueso de la población que era pobre sigue siendo ahora igual o más pobre", subraya Martínez.
700 mil euros más
El presupuesto del área de Servicios a las Personas ha decrecido este año en un millón de euros, fruto de la amortización de unos créditos de la sociedad pública de vivienda. El montante para este ejercicio es de 47,7 millones. En cambio, concretamente la concejalía de Servicios Sociales cuenta con más recursos. Dispone de 14,6 millones de euros, 700 mil euros más que el año pasado. Crece la partida para los tres programas del servicio de ayuda a domicilio; las becas de comedor; las ayudas al pago de los suministros y las políticas sociales de vivienda.
En este momento hay 5.173 usuarios en el servicio de ayuda a domicilio que reciben alguna o varias de las prestaciones que se imparten (atención a la persona o el hogar, comida y teleasistencia). La ayuda a la urgencia social es otro de los programas que no ha parado de crecer en los últimos años. Durante el ejercicio pasado, en 2016, se destinaron 935 mil euros a este servicio.