Sólo en unos pocos meses, los que median entre octubre del 2014 y marzo del 2015, uno de los acusados se hizo presuntamente con 105.690 cajetillas de tabaco, valoradas en 417.475 euros, según el fiscal. Unos paquetes llegaban desde Marruecos, en autocares, otros los portaban proveedores senegaleses, pero en otros casos la mercancía venía de Andorra. Cada dos días, el comprador referido encargaba y recibía género, que almacenaba en su casa y en locales, y que vendía, en parte, en su carnicería, en La Maurina. El fiscal acusa a seis personas de integrar una red de contrabando de tabaco asentada en Terrassa y pide para cada procesado tres años y seis meses de prisión.
La acusación pública habla de "entramado estable y concertado" dedicado a importar, comprar, almacenar y vender "importantes cantidades de tabaco procedente del extranjero, sin cumplir los requisitos fiscales y aduaneros". Y afirma que la actividad ilícita se desarrollaba en Terrassa. Y dentro de Terrassa, la base de operaciones se situaba en La Maurina. En la calle de Núria, y en la de María Auxiliadora, pero también en la de Mira-sol.
Las intervenciones telefónicas a implicados empezaron en junio del 2014 y se complementaron con vigilancias y seguimientos. Cuatro procesados son naturales de Marruecos. Los otros dos, españoles. Según el fiscal, uno de los magrebíes "se encargaba de la adquisición del tabaco de diferentes proveedores" con los que hablaba cada dos por tres por teléfono (tenía varias líneas), para fijar el cuánto, y el dónde. Las cajetillas llegaban a Terrassa desde diversos orígenes: a veces desde Marruecos, a veces desde Andorra, otras lo transportaban senegaleses, otras lo proveían españoles. El comprador recibía la mercancía y la guardaba en su domicilio o en las viviendas de sus dos inmediatos colaboradores o en la carnicería que regentaba. Asimismo, parte de la carga se almacenaba en garajes próximos al comercio.
El hombre de máxima confianza del comprador ejercía también de encargado de la carnicería, donde se dispensaba a clientes el tabaco exento de impuestos, y transportaba el material de un lado a otro. Otro individuo facilitaba dos domicilios en el barrio, dos pisos, para esconder los paquetes y hacer labores de transporte. Y una mujer, esposa del primer acusado, está procesada por "recibir y ocultar el tabaco en el domicilio" de la pareja. "Siguiendo las indicaciones de su marido, se encargaba también de entregárselo a compradores que se desplazaban hasta el domicilio, y de pagar a los proveedores de la mercancía adquirida por su marido", señala el Ministerio Público.
Operativo espectacular
En la causa figuran como imputados dos españoles, uno acusado de proveer de manera habitual y periódica de tabaco al principal encausado, transportando las cajetillas a través de una empresa de logística. Movió, en apenas un par de meses, 59.500 paquetes, según el Ministerio Público. Y otro nacional ha sido incriminado por hacer de intermediario en operaciones.
Las investigaciones culminaron el 24 de marzo del 2015 con un espectacular operativo del Cuerpo Nacional de Policía, los Mossos d’Esquadra y agentes de Vigilancia Aduanera, que registraron la carnicería, dos domicilios, un garaje (todo ello en La Maurina), un trastero ubicado en la carretera de Castellar y una vivienda de Rubí, amén de un vehículo localizado en un polígono de Martorell. En estas inspecciones, que empezaron a las seis de la mañana y no acabaron, en algunos sitios, hasta el mediodía, los investigadores aprehendieron 12.451 cajetillas, con un valor de 52.761 euros, según la Fiscalía. Sumando ese género y el descubierto durante las pesquisas, la cantidad aumentó hasta los 118.231 paquetes, valorados en 470.236 euros.