Catalunya registró en 2016 un crecimiento por segundo año consecutivo del precio de la vivienda libre. Este incremento fue de un 4,6% de media anual, por encima del 1,9% de media en España, que en el caso de Terrassa se situó en el 3,7%. Según el informe “Situació Immobiliària de BBVA Research”, si se realiza la comparativa con el primer trimestre de 2015, momento en que se alcanzaron los mínimos desde el inicio de la crisis, la subida de precios en Catalunya sería de un 8,6% y en España de un 3,9%.
Barcelona es la provincia catalana que lidera este aumento con un 10,8%, seguida de Lleida con un 5,1%, Girona con un 4,9% y Tarragona con un 1,2%. En el caso de Terrassa también se refleja el inicio de la recuperación de los precios en este sector. Así el importe del metro cuadrado quedó fijado al finalizar 2016 en 1.164, 5 euros. Respecto a 2015, cuando tocó suelo el mercado (1.122,1 euros), la subida media es de 42,4 euros el metro cuadrados, un 3,7% más.
Estos precios, en cualquier caso, están muy lejos del nivel previo al inicio de la crisis económica, según los datos del Ministerio de Fomento que se incorporan a este estudio. En 2007 el precio en el mercado local alcanzó su máximo nivel, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, con un tope de 2.709,6 euros el metro cuadrado. Es decir, respecto al año 2016, el precio ha caído 1.545,1 euros, lo que significa un 57% en términos relativos.
Cuatro territorios pujantes
Catalunya, Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana son las cuatro territorios que más han contribuido a la recuperación de las ventas de inmuebles en 2016, ya que supusieron un 64,8% de del total. El mercado en Catalunya ha evolucionado por encima de la media española en 2016 y Barcelona lidera esta recuperación. Esto se debe a que dispone de un entorno que destaca por tener una creación de empleo superior a la media española y la media de los tres últimos años. Asimismo, la presencia de unos tipos de interés hasta ahora bajos ha favorecido el endeudamiento y ha supuesto una ausencia de activos con rentabilidades atractivas, convirtiendo la vivienda en una opción interesante para el inversor. En cuanto a la demanda residencial, en los últimos meses la venta de viviendas ha mostrado menor dinamismo, pero creció el 23,0% en 2016, por encima de la media española que fue de un 13,9%. Barcelona es la provincia catalana que crece a mayor ritmo, con un 25,3%. La siguen Lleida con un 21,7%, Tarragona con un 18,1% y, finalmente, Girona con un 16,9%.
Un pilar relevante para el aumento de las ventas, a parte del entorno, es la demanda por parte de extranjeros que supone un 15,8% con respecto al total de ventas y que crece a su vez un 16% respecto al año anterior. De estas viviendas compradas por extranjeros, destaca la provincia de Girona, donde supuso un 31% respecto del total de ventas.
De cara a realizar proyecciones futuras para el mercado inmobiliario, se debe tener en cuenta el panorama económico previsto para Catalunya. En este sentido, el crecimiento económico de Catalunya para 2017 estará situado en línea con la media de crecimiento de España. La previsión de subida de tipos, que no se espera a lo largo del año en curso, supondría un aumento de coste de financiación, las políticas de la nueva administración estadounidense y el aumento del coste de la energía serían factores coincidentes.
Sin embargo, en cuanto al desenlace del Brexit, en Catalunya se prevé un menor impacto por no ser una zona excesivamente expuesta al mercado inglés. Llevado al terreno inmobiliario, por ejemplo, en 2015, únicamente el 0,9% de las viviendas vendidas en Catalunya los compraron ingleses. En cambio, sí existe una gran exposición al mercado francés, el 25% de las compras de extranjeros las realizaron franceses en 2015, y de ahí podría venir la mayor incertidumbre, en función del resultado de los comicios que se celebrarán en el país galo. Principalmente en caso de victoria de la extrema derecha y de las medidas proteccionistas que han ido anunciando en campaña.