Una vez le fue concedido a Terrassa el título de ciudad la corporación se reunió en un pleno el 11 de abril de 1877 bajo la presidencia del alcalde Jaume Colomer y con los ediles Miquel Palet, Agustí Palet, Bonaventura Marcet, Pere Comerma, Isidre Abelló, Josep Barba, Francesc Sucarrats, Josep Ros, Vicenç Oliu, Isidre Palà y Joaquim Morera.
Fue un pleno histórico. No solo porque era el primero tras haber alcanzado esa categoría de ciudad, sino también porque en él se dio cuenta de la iniciativa de crear una caja de ahorros, la que sería Caixa d’Estalvis de Terrassa.
En esa sesión municipal se hicieron constar en acta las elogiosas palabras hacia Alfonso XII por la concesión de ese importante título. Se destacaba del monarca "los vastos conocimientos que le adornan" al mismo tiempo que su celo extraordinario por la prosperidad del país. Y rememoraba "la exposición de productos catalanes inaugurada con motivo de la última visita hecha por usted a Barcelona y en la cual fue dado a Tarrasa exhibir los géneros de lana de cuya fabricación especialmente se distingue. Desde entonces ha crecido el deseo que ya Tarrasa tenía de ser también visitada por el monarca protector del trabajo honrado y hace votos al cielo para que se digne muy pronto dispensarle tan alto honor por la felicidad de su reinado y por la preciosa vida de usted que Dios guarde muchos años por el bien de la Patria", se decía con un supuesto apasionado entusiasmo.
Besando la mano al ministro
Tampoco quedaba al margen de estos elogios el ministro de la Gobernación, Francisco Romero Robledo, de quien se indicaba: "El favor que usted a esta población ha dispensado no es de aquellos cuya memoria se borra con el tiempo sino que vivirá eternamente en la de los hijos de Tarrasa por ir unido a un título que le llena de júbilo y de legítimo orgullo. Con tal motivo tienen el honor de ofrecer a usted su leal adhesión y su profundo afecto sus servidores que besan las manos de su excelencia".
Palabras rimbombantes y agradecimiento también dedicado al gobernador de la provincia Cástor Ibáñez de Aldecoa, quien apoyó la iniciativa en un primer momento tras una visita efectuada a la entonces villa egarense. Por cierto, en este pleno, se acordó poner su nombre a una calle de la ya ciudad de Terrassa. Pero el Consistorio "se olvidó" de ello. Fue el alcalde Miguel Onandia quien casi cien años más tarde, en 1969, en una sesión municipal celebrada el 9 de mayo, finalmente le dedicó una calle todavía existente, en la zona de Can Montllor. Alejada del centro de la ciudad.
La "necesidad" de una caja
Pero volvamos a ese pleno del 11 de abril de 1877. En el acta se lee lo siguiente: "Se dio cuenta de una comunicación suscrita por Antoni Ubach i Soler y otros vecinos pidiendo al Ayuntamiento que para conmemorar de una manera digna el suceso de que es objeto esta sesión, procure inaugurar el día en que se celebren fiestas al efecto, una caja de ahorros para lo cual acompañan una instancia suscrita por las personas de más reputación y arraigo de la localidad solicitando la instalación de dicho benéfico establecimiento y ofreciéndose a constituirse accionistas conservadores del capital…"
Y se añade en el acta del pleno que el Ayuntamiento, considera que el establecimiento de una caja de ahorros "es una de las necesidades más sentidas en la presente ciudad y que de ninguna manera mejor puede conmemorar el haber obtenido este título que procediendo a la instalación por los buenos resultados que ha de ofrecer a las clases trabajadoras". Por tanto, acordó por unanimidad apoyar el proyecto, "aceptar como suyos los documentos referidos y remitirlos inmediatamente al excelentísimo señor gobernador civil de la provincia a fin de que se digne aprobarlos sin pérdida de tiempo aunque sea interinamente al objeto de poder inaugurar la caja de ahorros el día en que tengan lugar las fiestas destinadas a celebrar la obtención del título de ciudad".
El dinero de la burguesía
Y nació la Caixa d’Estalvis de Terrassa. Salvador Cardús, en el libro "Estalvi, ciutat i progrés", señala: "La creación de la Caixa d’Estalvis debe circunscribirse en el marco de euforia y consolidación económica de la burguesía local, dispuesta a dotar a Terrassa de las instituciones que tenían ciudades parecidas". Habían existido algunas iniciativas anteriores para fundar una caja de ahorros -en 1853 fue la primera propuesta- pero sin resultado. Lo cierto es que el 14 de abril de 1877, en plena celebración del título de ciudad, la Caixa d’Estalvis abrió sus puertas provisionalmente en la planta baja del edificio del Institut Industrial. Dos días después, el gobernador civil envió el proyecto de la nueva caja al ministro de la Gobernación y el 14 de julio se aprobó su reglamento. Todo transcurría aceleradamente. El 29 de septiembre se designó la primera junta y finalmente el 14 de octubre de ese 1877 quedaron abiertas de par en par las puertas de la nueva caja.