Opinió

Josep Maria Coll i Bacardí, arquitecto comprometido con el bienestar social y sanitario

En el año 1912 y a la edad de 34 años Josep Maria Coll i Bacardí ganó por oposición el cargo de arquitecto municipal de Terrassa. Los edificios que a partir de este momento diseñó y construyó en nuestra ciudad se identifican con un estilo que podría considerarse postmodernista, con mayor profusión de ornamento e influenciado por la corriente de la Secesión Vienesa.

Sus encargos profesionales, en gran parte municipales, denotan un fuerte compromiso con el bienestar social y sanitario, principalmente en los edificios destinados al uso educativo y sanitario. Claros ejemplos de ello serían la Escola de la Llar en la calle de Sant Isidre, la Escola Torrella en la Rambla, el Parc de Desinfecció en la carretera de Olesa y el centro médico en la calle de Sant Quirze.

Sus edificios destacan por su claridad, orden y flexibilidad en la composición de los espacios interiores, por un correcto equilibrio de fuerzas que les garantiza una buena solidez estructural y por una clara voluntad de aplicar en cada uno de ellos sus criterios higienicistas. Estos conceptos básicos aplicados en su arquitectura han propiciado que sus edificios hayan soportado en perfectas condiciones el paso del tiempo y se hayan podido adaptar sin mayores problemas a las necesidades actuales de uso público con lo que, por otro lado, pueden ser fácilmente visitables. Podríamos mencionar en este sentido el caso de la Escola de la Llar, destinada actualmente a centro integral de educación de adultos; el almacén Vapor Marcet i Poal, que alberga el servicio municipal de educación, y la Casa Baumann, destinada a servicios para la juventud.

Lamentablemente, algunos de sus edificios más representativos fueron derribados debido a la presión especulativa, lo que ha supuesto una gran pérdida para la ciudad. En este apartado podríamos mencionar la Escola Torrella en la Rambla, los antiguos juzgados en la calle de Sant Quirze esquina con la calle de Baldrich y el centro médico en la calle de Sant Quirze.

En su faceta urbanística podemos destacar que concibió la idea y fue pionero en querer convertir el torrente de Vallparadís, que en aquel entonces limitaba la ciudad por el este, en un parque urbano a manera de ciudad jardín donde poder vivir lejos de los "malos humos" de la ciudad. Los planos de este proyecto de urbanización fueron expuestos en la Agrupación Regionalista en julio de 1915 con el título de "Ciudad jardín". Su propuesta finalmente fue desestimada por el Consistorio del momento por considerarlo un proyecto excesivamente ambicioso para el momento e inasumible presupuestariamente. Aun así no cejó en su empeño y empezó por cuenta propia construyendo su propia casa junto a lo que debía ser en un futuro el parque urbano, la casa que hoy conocemos como Casa Baumann. Su muerte prematura a los 38 años truncó el sueño de conseguir hacer realidad lo que hoy conocemos como el Parc de Vallparadís corregido y aumentado.

No puedo dejar de mencionar para finalizar que entre los años 1914 y 1915 fue corresponsal en Terrassa de la Asociación de Arquitectos de Cataluña, cargo que el que suscribe tiene el honor de ejercer actualmente.

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