Se hacía pasar por un adolescente y contactaba con sus víctimas, de entre 11 y 15 años, a través de las redes sociales, entablaba amistad con ellas y luego les pedía que le mandasen fotos desnudas o practicando actos de naturaleza sexual, o que se masturbasen por videoconferencia, al tiempo que él también lo hacía. A algunas de esas menores incluso las llegó a amenazar con hacer públicas esas imágenes o vídeos si no le enviaban más material pornográfico. El individuo guardaba luego en casa el material de índole sexual de sus víctimas, que tenía perfectamente ordenado en carpetas.
El acusado, un vecino de Castellbisbal de 50 años, está previsto que sea juzgado hoy y mañana por la sección séptima de la Audiencia de Barcelona. En su escrito de acusación, el fiscal deja probado que contactó con trece chicas adolescentes, por lo que lo acusa de otros tantos delitos de utilización de menores con fines pornográficos o exhibicionistas y/o para la elaboración de pornografía infantil. También se enfrenta a dos delito de exhibicionismo; tres de exhibicionismo y provocación sexual; otros tres de amenazas continuadas, y un delito de tenencia de pornografía infantil. Por todos estos delitos, el Ministerio Público solicita un total de 85 años de cárcel.
Fotografías y vídeos
En el registro policial efectuada en la vivienda del imputado, se hallaron 2.914 fotografías de menores de contenido erótico y pornográfico, de las que 308 pertenecía a sus víctimas (el resto habían sido descargadas de internet) y 1.852 vídeos con contenido pornográfico protagonizado por menores, de los que 411 eran de producción propia a partir de las grabaciones de las videoconferencias realizadas con las menores.
Los hechos que se prevén juzgar hoy ocurrieron entre los años 2013 y 2014. El acusado se encuentra en prisión provisional sin fianza desde el 9 de agosto de 2014.