Tener la tensión alta, o en otras palabras, sufrir hipertensión arterial, es una de las enfermedades más comunes que existen en la sociedad actual. Se trata de un trastorno crónico que en sus etapas iniciales suele dar pocos síntomas, y eso es algo que dificulta su diagnóstico precoz.
A pesar de ser una alteración frecuente, ni mucho menos hay que desdeñar la importancia que tiene ser hipertenso. Una buena muestra de ello son los datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que revelan como la hipertensión causa el 45 por ciento de las muertes por cardiopatía (enfermedad del corazón) y el 51 por ciento de los fallecimientos debidos a un accidente cardiovascular.
La propia OMS indica que en todo el mundo existen más de mil millones de pacientes hipertensos, y que cada año mueren nueve millones de personas a consecuencia de esta afectación.
Comida adecuada
Ante un diagnóstico de una tensión excesivamente alta de la sangre, el médico enseguida indica cuáles son las pautas de alimentación a seguir para mantenerla a raya. De todos es sabido que los personas hipertensas deben moderar, o bien excluir por completo, la ingesta de sal en su dieta. El motivo es que existe una relación directa entre el consumo de sal y la hipertensión. Asimismo, los especialistas recomiendan reducir el número de platos precocinados o de productos industriales en conserva, ya que suelen contener sal añadida.
Para dar sabor a los platos, una buena opción es sustituir la sal por especias o hierbas aromáticas.
Ceñirse a la llamada y apreciada dieta mediterránea también es una buena forma de hacer frente a la hipertensión arterial. ¿Qué hay que comer para seguir una dieta mediterránea? Las reglas de oro son claras: consumir al menos cinco raciones diarias de fruta y verdura, ingerir legumbres, reducir la ingesta de carne roja y tomar ácidos grasos saludables, procedentes del aceite de oliva y los frutos secos.
Más ejercicio
En ocasiones, la hipertensión arterial también se encuentra asociada al sedentarismo, es decir, a no practicar deporte. Esta carencia favorece que puedan aparecer algunos kilos de más, que a su vez pueden influir en la salud. Por ello, los especialistas aconsejan que los buenos hábitos alimenticios vayan acompañados de hacer al menos treinta minutos de ejercicio físico al día.
La importancia del deporte radica en que ayuda a que la persona se mantenga en un peso saludable. Y es que entre los hombres y mujeres con obesidad, el problema de la hipertensión arterial es entre dos y tres veces mayor que en las personas a las que no les sobran kilos. Así, correr, nadar, montar en bicicleta o, simplemente, caminar a diario ayudan a controlar la tensión arterial, los niveles de colesterol y de glucosa. En definitiva, el deporte mejora la salud cardiovascular.
Según el doctor Carlos Fernández, director médico del Grupo NC, "siguiendo estas recomendaciones generales en nuestra alimentación diaria, apostamos por la salud y la prevención, reduciendo el riesgo de desarrollar hipertensión arterial o ayudando a controlarla". Adoptar estos aconsejables hábitos de vida será, pues, una buena forma de evitar los riesgos que acarrean las enfermedades del corazón.