Terrassa

Can Viver de Torrebonica abre puertas

A pocos kilómetros de Terrassa, en dirección a Sabadell, se halla Can Viver de Torrebonica, una conjunto patrimonial que data de los siglos XVIII y XIX y que está catalogado como bien cultural de interés local. El edificio, que atesora una iglesia, tuvo su origen en una masia para después convertirse en sanatorio y granja y más tarde en espacio de actividades educativas.

La Fundació Sant Llàtzer, propietaria del inmueble, considera que ha llegado el momento de revalorizar este patrimonio y abrir sus puertas a la ciudad para dar a conocer su pasado y presente. Es por ese motivo que ha tomado la decisión de programar visitas guiadas con el título "Els secrets de Torrebonica", que serán conducidas por la actriz Teresa Sánchez y que combinan la narración oral con la audioguía, una exposición de fotografía y pintura de Carme Badiella y Jordi Albareda, y un "tastet" gastronómico.

La actividad, que se estrenará mañana domingo a las once de la mañana, se presentó ayer a miembros del patronato y a los medios de comunicación. La ruta permitió entrar, por primera vez de manera pública, al edificio y recorrer las diversas plantas e instalaciones evocando las diferentes etapas y las funciones que desarrolló en cada una. Una de las más destacadas de Can Viver de Torrebonica fue, no hay duda, la de sanatorio para enfermos de tuberculosis. El centro médico se inauguró hacia 1911 y una década después, en 1922, fue adquirido por "la Caixa" y siguió realizando su labor hasta la Guerra Civil, cuando cerró.

La visita, que encabeza la actriz Teresa Sánchez, descubre las antiguas plantas del hospital; plantas de largos pasillos con muchas habitaciones que desembocan, de vez en cuando, en unas salas más espaciosas y algo más luminosas. También posibilita bajar a los sótanos y mostrar las entrañas de los servicios básicos, entre estos la lavandería y la cocina.

Mas Viver, cuando fue el sanatorio de Verge de Montserrat, fue un centro de referencia para la ciudad y la comarca. Empezó con treinta plazas y llegó a tener una demanda de más de 1.500 personas. Teresa Sánchez, quien guía las visitas, manifestó ayer que está entusiasmada con esta labor que le ha comportado establecer un vínculo muy estrecho con el edificio e indagar en su memoria histórica, a través de testimonios orales y escritos. Durante la visita también se puede visitar la biblioteca – prácticamente intacta- y la iglesia, así como otras dependencias anexas. Carme Julian, directora gerente de la Fundació Sant Llàtzer, animó ayer a sumarse a la iniciativa. "Can Viver de Torrebonica guarda trescientos años de historia y es importante que se divulgue y se conozca".

Primera visita

Día: Mañana, domingo, a las 11 horas en la puerta principal de Can Viver de Torrebonica.
Precio: 10 euros (la visita es guiada y hay un "tastet" gastronómico al final del recorrido)

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