La recogida selectiva de la basura, la separación inicial que se hace en los hogares y comercios, se ha estancado, tanto en el conjunto de Catalunya, como en la comarca y también en Terrassa. En paralelo, sin embargo, en los tres últimos años, desde 2014, ha aumentado ligeramente la generación de residuos, coincidiendo con una incipiente recuperación económica.
No son buenos datos y así lo reconocen desde el Consorci per a la Gestió de Residus del Vallès Occidental. El nivel del reciclaje de la basura está atascado en torno al 35% en la comarca y en el 33% en el caso particular de Terrassa. Con estas cifras, reconoció ayer el egarense Marc Armengol, vicepresidente del consorcio, es difícil conseguir el objetivo marcado por la Unión Europea: que en 2020 se recicle el 60% de la basura. "Así no podemos continuar. Hay que aplicar alguna sacudida, tanto a nivel político como ciudadano, para invertir la tendencia actual", comentó. Y hay que hacerlo por tres razones. La más importante aunque menos tangible de manera directa es "el impacto medioambiental que tiene la gestión y el tratamiento de los residuos". En segundo lugar, porque hay que seguir las directrices europeas; de lo contrario, podrá haber sanciones. Y por último, el edil apuntó una razón que afecta al bolsillo: cuanto menos reciclaje, mayor coste de tratamiento de la basura, del canon de la Generalitat y de las tasas municipales.
Ricard Torralba, presidente del consorcio, se mostró igualmente preocupado. A pesar de que ya no hay un descenso en los datos de reciclaje, como había sucedido entre los años 2010 y 2015, el panorama no ha mejorado demasiado debido al estancamiento de las cifras.
En 2016, los hogares vallesanos produjeron 1,10 Kg por habitante y día de basura, lo que implica una ligera subida respecto a 2015. En total, se recogieron 252.112 toneladas de residuos, lo que significa un ascenso de 3.280 toneladas, un 1,32%. Por fracciones, la recogida selectiva de envases está en caída libre. Se dejaron de recoger 550 toneladas, lo que representa un 5% menos. El vidrio se mantiene más o menos igual. Apenas creció un 0,66%, pero todavía sigue habiendo mucho vidrio que se lanza al contenedor considerado genérico. El centro de tratamiento de Coll Cardús, donde va a parar la fracción resto, recuperó el año pasado cinco mil toneladas de vidrio que debían haberse lanzado al contenedor verde y que han supuesto un incremento del coste de tratamiento de casi 400 mil euros. El reciclaje del papel se recupera lentamente (creció un 2%), pero las 12.619 toneladas recogidas el año pasado están aún lejos de las más de 20 mil de antes de la crisis.
El 65% es fracción resto
En conjunto, los residuos recogidos en el Vallès Occidental están compuesta por un 65% de fracción resto (la que se necesita reducir); un 9% de orgánica; un 4% de vidrio; un 5% de papel y cartón; un 4% de envases y un 11% son voluminosos y otro tipo de deshechos.
En el caso de Terrassa, la ciudad generó el año pasado 74.269 toneladas de basura. Los niveles de reciclaje son muy similares a los promedios de la comarca. Armengol, que también es concejal de Medio Ambiente en la ciudad, valoró los datos muy positivamente porque ha aumentado la recogida selectiva, aunque ligeramente, en todas las fracciones (desde un 0,5% en orgánica hasta un 8% en voluminosos). Terrassa, al igual que los municipios más grandes integrados en el consorcio comarcal (Sabadell, Rubí y Castellar) se encuentra en la franja baja de reciclaje: por debajo del 35%. En concreto, la ciudad recicla el 32,5% de los residuos que genera. En consecuencia, la fracción considerada de rechazo (que debería contener materiales no reciclables, aunque sigue sin conseguirse) es más elevada que la media comarcal y alcanza el 67,5%.
Por tipos de residuos, la materia orgánica reciclada representa un 9,2%; el vidrio está en un 4,4%; el papel y cartón se sitúa en un 6,5%, por encima de la media vallesana; los envases que van al contenedor amarillo representan el 5,3% de la basura que se recoge en la ciudad y el 7,1% restante corresponde a otros deshechos recogidos selectivamente (voluminosos, fracción vegetal, textil, etc).
Para invertir los datos de reciclaje y alcanzar el 60% deseado, Armengol insistió en la "necesidad de destinar recursos en los presupuestos a campañas de concienciación ciudadana y mejorar los sistemas de recogida de la basura". El modelo que mejores datos arroja es la recogida puerta a puerta, implantada en Matadepera, por ejemplo, pero no es un sistema fácilmente aplicable en grandes municipios.
Entre las medidas a aplicar también se contempla, advirtió el edil, aplicar de manera estricta las ordenanzas municipales para aumentar el control y las multas a quienes no reciclen. Armengol alertó de que "o damos la vuelta a la situación o acabaremos pagando más al llevar cada vez más basura al vertedero".
EL DATO
74.269. Son las toneladas de basura recogidas en 2016 en Terrassa.