El Real Club de Polo de Barcelona se adjudicó el pasado domingo en Sant Cugat del Vallès con absoluta justicia la edición número 100 de la Copa del Rey, la competición más antigua del hockey español. Para los pupilos de Carlos García Cuenca fue su segundo título copero consecutivo y el vigesimonoveno de su historia. Son los barceloneses quienes más trofeos coperos tienen en sus vitrinas. La final fue una de las menos emocionantes de los últimos años. Pese a la baja del delantero egarense Xavi Lleonart, para quien la temporada ya ha finalizado, el Polo batió por 1 a 4 al Atlètic.
Los dos conjuntos egarenses que participaron en esta Copa del Rey, Atlètic y Club Egara, cumplieron en la ronda de cuartos de final y se vieron las caras en la semifinal. Con idéntica filosofía, apostando por gente de la cantera, el ganador iba a tener que enfrentarse a un Polo que tiene la capacidad de reforzarse año tras años con los mejores jugadores del panorama internacional.
Tras imponerse al Club Egara en el derbi del sábado, el Atlètic asumió la representación del hockey terrassense en esta final centenaria. Delante tenía a un Polo que era no sólo el vigente campeón del torneo sino también el gran favorito. Los de Dani Martín, sin embargo, murieron con sus armas: la garra, la fe en sus posibilidades, las circulaciones rápidas, el desborde por banda y especialmente ese gen competitivo que les ha convertido y les sigue convirtiendo en un rival incomodísimo para cualquier rival, Polo incluido.
Superados
Esta vez, sin embargo, la garra no bastó. El Polo saltó al campo con la lección bien aprendida. Basó su estrategia en presionar en el centro del campo para evitar que los creadores de juego del cuadro de Can Salas, Marc Sallés y Roc Oliva, estuvieran cómodos. Y no lo estuvieron en ningún momento. La segunda premisa sobre la que se asentó la estrategia del Polo fue la defensa. Son los barceloneses un conjunto que defiende como nadie en su área, casi sin errores, fundamentalmente gracias a la calidad de los campeones del mundo argentinos Matías Rey y Pedro Ibarra. Al Atlètic le afectó esa presión. Seguramente la esperaba, pero no pudo superarla como en otros envites.
Conforme avanzaban los minutos, el Polo fue llevando la final a su terreno. El Atlètic estaba, obviamente intenso, presionante y voluntarioso. Pero la calidad individual y la capacidad de sacrificio de los barceloneses les permitió adelantarse en el marcador con un 0-2 que acabaría resultando decisivo. Tras perdonar en dos lanzamientos de penalti-córner en los minutos 6 y 8, Matías Rey se escapó por el centro en el 14 aprovechando un error de marcaje de los terrassenses y batió por primera vez a un Marc Calzada que se encontró durante todo el partido absolutamente sobrepasado por las circunstancias.
Ya en el segundo acto, el Atlètic siguió tratando bien la bola y buscando unos espacios que la zaga del Polo le cerraba una vez sí y otra también. Desperdiciaron los de Dani Martín el primero de los cinco penaltis de que dispusieron, los mismos que el Polo. En el cuarto de los barceloneses, en el minuto 25, Llorenç Piera anotó un 0-2 que resultó un auténtico mazazo para un Atlètic que no entendía como a esas alturas de partido podía estar perdiendo de esa forma.
Se llegó al ecuador de la final con un resultado desalentador para los de Can Salas. Pero ni jugadores ni técnicos ni aficionados habían dado todavía su brazo a torcer. El Atlètic seguía creyendo en sí mismo. Pero las cosas iban a torcerse todavía un poco más. En el minuto 7 del tercer acto, Marc Calzada cometió un claro stroke sobre Migue Masana, que se escapaba solo a la contra. El encargado de lanzarlo fue Pedro Ibarra, que lo mandó incomprensiblemente fuera, a la derecha del meta egarense. El error dio alas a un Atlètic que buscaba la meta defendida por Mario Fernández con más fe que eficacia. Cinco minutos más tarde, en el segundo penalti egarense, Roc Oliva obligó a lucirse al portero de un Polo que comenzaba a anestesiar el partido. Y a dos minutos para cerrar el tercer cuarto, Manu Bordas volvió a pillar desprevenida a la zaga egarense y subió al marcador un 0-3 que parecía definitivo.
Lejos de rendirse, sin embargo, el Atlètic continuó atacando, buscando una gesta que necesitaba cada vez de más dosis de heroicidad. En el tercer penalti del Atlètic, que se lanzó ya con el tiempo cumplido, Jan Malgosa marcó el 1-3 tras una bonita acción de estrategia. Quedaba esperanza.
Sabía el Atlètic (y también su rival) que estaba a un solo gol de meterse en la pelea y luchar por forzar los “shoot-outs”. Los de Can Salas encerraron a los barceloneses en la línea de 22 propia durante prácticamente todo el último cuarto. Pero el Polo se sentía también cómodo en ese escenario de contragolpe forzado. Con orden y calidad iba despejando una tras otra todas las acciones que auguraban peligro. El Atlètic mordía. Y a los seis minutos provocó su cuarto penalti, que se enganchó por culpa del mal estado del terreno de juego.
Marc Boltó disfrutó de un par de ocasiones que no hallaron premio, mientras el Polo seguía dejando que el reloj corriera. A falta de tres minutos, Dani Martín situó a un portero-jugador sobre el campo. El 1-3 seguía campeando en el electrónico y cada vez la hazaña se presumía más inverosímil. En el quinto penalti del Atlètic, el mal estado del césped volvió a jugar una mala pasada. La bola se levantó y el Polo montó una contra que derivó en el gol final de Àlex Casasayas. La Copa ya tenía dueño.
ATLÈTIC 1
RC POLO 4
ATLÈTIC. M. Calzada, J. Carrera, I. Torras, S. Cortés, M. Pujal, M. Sallés, R. Oliva, S. Ibáñez, M. Boltó, A. Beltrán y D. Malgosa, equipo inicial, J. Malgosa, O. Bach, S. Morera, P. Parrilla, J. Tarrés y M. Torrente.
RC POLO. M. Fernández, P. Ibarra, M. Masana, M. Rey, L. Piera, D. Alegre, G. Chaves, S. Baart, A. Casasayas, L. Vila y M. Bordas, equipo inicial, P. Abadal, J. Cabot, G. Coll, A. Turull, E. Herrera y P. Cavaller.
Árbitros. Marcelo Servetto y Paco Vázquez. Mostraron tarjetas verdes a los egarenses Marc Pujal y Jan Malgosa y a los barceloneses Sander Baart, Javier Cabot y David Alegre. Amarillas a los egarenses Albert Beltrán y Marc Boltó y a los barceloneses Pablo Abadal y David Alegre.
Goles. 0-1, minuto 13, Matías Rey; 0-2, minuto 25, Llorenç Piera de penalti-córner; 0-3, minuto 50, Manu Bordas; 1-3, minuto 62, Jan Malgosa de penalti-córner; 1-4, minuto 70, Àlex Casasayas.