Las rotondas regulan el tráfico con relativa fluidez en intersecciones marcadas por mucha densidad de vehículos, pero cuidado con las rotondas. En muchos casos son, según los técnicos, preferibles a los semáforos, pero cuidado con las rotondas en Terrassa. Los cinco "puntos negros" del tráfico en el casco urbano son glorietas.
La de la plaza de la Dona, donde confluyen la avenida de Jaume I, el paseo del Vint-i-dos de Juliol, la carretera de Castellar y la avenida de Barcelona, es la peor en lo que a estadística de accidentes se refiere. En esa rotonda, y su área de influencia, ocurrieron el año pasado veintisiete accidentes, al menos con intervención de la Policía Municipal. Es el principal "punto negro" de Terrassa y repite en ese primer puesto de la lista: ya lo fue en el 2015, con veintiún accidentes. Catorce de las veintisiete colisiones registradas el año pasado se saldaron con heridos, trece leves y uno grave.
Otra glorieta no muy lejana a la primera ocupa el segundo lugar en la clasificación de los puntos de concentración de accidentes de tráfico. Se trata de la plaza de l’Aigua, que enlaza la avenida de Jaume I, la calle de Manresa, la Rambla de Francesc Macià, la carretera de Matadepera y la avenida del Abat Marcet. La Policía Municipal tuvo conocimiento de veinte accidentes en esa zona durante el 2016. En once incidencias hubo heridos, los once de carácter leve.
Junto a Parc Vallès
Llega la tercera intersección con una alta accidentabilidad. Es la rotonda de la calle de Colom con la avenida del Tèxtil y la calle del Anoia, junto a Parc Vallès. Allí tuvieron lugar diecisiete accidentes, seis de ellos con víctimas leves y ninguno con lesionados graves. La plaza del Doré, donde desemboca la Rambla d’Ègara al Sur para unirse con las carreteras de Montcada y Martorell y la Rambleta del Pare Alegre, registró el año pasado trece accidentes con intervención policial posterior. Casi la mitad, seis, ocasionaron víctimas leves. Esa glorieta es el cuarto "punto negro" de la circulación en Terrassa. Y el quinto lo constituye la rotonda de la carretera de Matadepera con la avenida de Béjar, donde acaecieron en el 2016 once colisiones. En cinco de los accidentes hubo heridos, todos ellos de pronóstico leve.
Bajando de los cinco primeros lugares de la clasificación de accidentabilidad, aún hay más rotondas en la lista de cruces conflictivos. El sexto puesto es para la ubicada en la avenida del Vallès, en el cruce con la calle de Navarra, donde la policía supo de ocho accidentes en el 2016, con tres heridos; uno de ellos fue grave.
La plaza del Doctor Robert comparte la misma posición, con ocho colisiones, mientras que el resto de puntos, hasta el décimo lugar, está formado por la rotonda de la carretera de Olesa con la de Martorell y la avenida de Àngel Sallent (siete accidentes), el cruce de la avenida de Barcelona con la plaza de los Països Catalans (otros siete) y la rotonda (otra) del paseo del Vint-i-dos de Juliol a la altura de la calle del Arquitecte Puig i Cadafalch (siete incidencias más).
Pocas variaciones
Los índices de accidentabilidad viaria en los sectores más problemáticos han variado poco en los últimos años. En el 2015, la rotonda de la Dona ya fue el primer "punto negro" de la ciudad, con treinta accidentes, y ocupó también ese primer puesto en el 2014. En el segundo lugar también se situó en el 2015 la plaza del Aigua, con diecisiete actuaciones policiales, y la rotonda de Parc Vallès fue asimismo la tercera con más accidentes, con catorce.
La cuarta posición, sin embargo, recayó en el cruce de la carretera de Matadepera con la avenida de Béjar, en el que se registraron once colisiones. La unión de la avenida del Vallès con la calle de Navarra y la glorieta de la carretera de Olesa con la de Martorell registraron diez accidentes cada una.
DONA. La rotonda de la Dona, con su emblemática escultura en el centro, es la que entraña más peligro de accidentes, a tenor de los datos que maneja el departamento municipal de Movilidad. Ese cruce conecta buena parte de las avenidas con más tráfico de la ciudad: el paseo del Vint-i-dos de Juliol, la avenida de Barcelona y la de Jaume I y la carretera de Castellar. Es uno de los nudos preferentes para cruzar la ciudad de Norte a Sur. Esta glorieta (junto con su área de influencia) fue el punto que más accidentes registró el año pasado, pero también ocupó el primer puesto en la clasificación de colisiones en el 2015 y en el año anterior. En el 2016 hubo en esa rotonda veintisiete accidentes, catorce de ellos con heridos. Una de las víctimas fue de pronóstico grave. Las trece restantes, de carácter leve. Usuarios del cruce se quejan de la estrechez del carril de acceso desde la avenida de Barcelona y de la pendiente que dibuja el tramo desde el que entran en la rotonda los vehículos que llegan desde Vint-i-dos de Juliol.